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La memoria de las abuelas que rescata la identidad

Por Mate amargo

Abuelas de Plaza de Mayo lograron recuperar a la fecha a 130 nietas y nietos. Ante el dolor de no saber, coraje, búsqueda incansable, organización y nuevos métodos para nutrirse con los nietos recuperados y la militancia popular. Las Abuelas sembraron su amor sobre la tierra seca de pesimistas, el poder real que en las sombras intentaron cortar su camino de búsqueda.

Les nació la Agrupación H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), son una parte vital de su herencia a tanto amor y coraje. Juntos redoblan la militancia en la búsqueda de sus nietas y nietos, de la memoria que no deja de rehacerse, de madurar, de ensanchar su resignificación, de rehacer la verdad secuestrada y avanzar en la justicia. Ellas no se quedaron en la espera, pusieron marcha con el alma remendada y florecieron el corazón, la conciencia y la certidumbre de la democracia, rodeadas de los amados nietos recuperados, reviviendo los ojos de sus amados hijos, haciendo sonar sus voces como un megáfono de sangre universal que abrazó el planeta. Vencieron a la muerte y al olvido y hoy marchan nutriendo con su conducta una democracia que necesita recuperar la historia.

Las Abuelas alcanzaron dimensión política y su visión de la condición humana las instala en la defensa del estado de derecho en el campo nacional y popular. No es menor su altura política, su tamaño moral, su amplitud democrática y la firmeza ante los herederos del terrorismo de estado que siguen amenazantes.

Son la memoria y la luz que nos proyecta el futuro, que se teje en el presente, y como dijo el gran Carlos Fuentes, “habrá futuro en la medida que este tenga pasado.”

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo