El vaciamiento del pensamiento crítico

La lógica de ubicar el sujeto y el contexto sin desabrocharse de su memoria histórica.

Por Omar López

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El vaciamiento del pensamiento crítico; la lógica de ubicar el sujeto y el contexto sin desabrocharse de su memoria histórica.

La maquinaria de apropiación social producida por el capitalismo aplano la capacidad de interrogarse sobre la existencia, de lo efímero a lo esencial de la condición humana; valores, derechos, comunicación, integración con la comunidad, sentimientos de pertenencia a los orígenes, derrumbados por el frenesí del todos los presentes sin pasado que indague. El consumo masivo, instantáneo, superfluo, como una arquitectura de falsos sentidos de pertenencias y conquistas, donde se impone en toda la línea del consumo dominador con su narrativa anti histórica. La apropiación de las industrias culturales para fagocitar toda filosofía que apalanque la intención de saber quiénes somos, por qué estamos y para qué destino es una tragedia que atraviesa a la sociedad global, y pone en el cadalso al pensamiento crítico de toda resistencia política al orden global del capitalismo. No se trata solo de abundar en todas las categorías humanistas del pensamiento, de la filosofía, sino en indagar dónde y cómo se produjeron los retrasos del pensamiento democrático, de la resistencia cultural, de la iniciativa de contra réplica.

Las crisis que desarmaron de pensamiento crítico y de sostener la evolución y resignificar identidades e ideas, postulados y proyectos colectivos es una tragedia abierta sobre el borde de la extinción humana en un tiempo en el que domina la autopista veloz al apocalipsis.

La educación y lucha de clases en su compleja ubicación cultural es una materia desafiante ante la necesidad de apropiarnos de todos los recursos que habitan en la inteligencia y la comunicación crítica; vincular los saberes de la historia humana, la travesía de todas las identidades y su proceso de transformación junto a los nuevos escenarios que modifican el sentido de la existencia humana impuesto por el capitalismo dominante.

La Modernidad, en vista de Nicolás Casullo, establece las diferencias entre las personas: yo soy moderno y vos tenés que modernizarte para que la sociedad avance. Hay un patrón de “normalidad”. La modernidad construye un otro y fuerza a una supuesta igualdad.

El gran desafío de la modernidad es: ¿cómo modernizo a ese otro diferente?

El proyecto europeo de la modernidad en América, va a intentar cambiar todo lo “hedor” (lo sucio): barbarie, irracional, lo primitivo, la naturaleza, el mero estar, lo indeseable.

La modernidad es el lento proceso histórico y cultural de disciplinamiento del diferente. Para ese disciplinamiento, se utilizan las prácticas sociales que en sentido amplio abarcan: el trabajo, la construcción científica, la práctica teórica.