Cigarros vs vapeadores
Negocio, vicio, campañas sanitarias y culturales por parte de los Estados. El Humo está más cerca que la solución.
Organización Mundial de la Salud, Europa: “Hay evidencia sustancial de
que cambiar completamente el uso regular de cigarrillos de tabaco
combustibles por sistemas electrónicos de entrega de nicotina y no nicotina
resulta en una reducción de los efectos adversos de corto plazo para la salud
de varios sistemas de órganos”.
La Asociación Argentina de Vapeadores, envió un proyecto a la Cámara de Diputados, planteando reemplazar el cigarrillo-tabaco por el sistema electronico.
Honorables diputados provinciales Federico Otermin, Facundo Tignanelli y representantes
de la comisión de industria y minería de la provincia de Buenos Aires:
Al enterarnos del avance del proyecto de Ley D-2513/21-22-0 que en su artículo tercero
alcance quedan comprendidos los dispositivos electrónicos con o sin administración de
nicotina de equivoca o errónea comparándolos.
Lo primero es que el vapeo no lleva tabaco. Además, tampoco se produce combustión y el
grado de calor de la vaporización es mucho menor que el de dicha combustión, que es la
que expulsa los carcinógenos que contiene el tabaco.
Es común querer comparar los cigarrillos electrónicos con los tradicionales; sin embargo,
comparar algo con uno de los productos para consumidores más mortales jamás producido
es contraproducente y más si hablamos de productos de riesgo reducido ya que se ha
demostrado ampliamente por la comunidad médica y científica a nivel mundial con miles de
estudios que si bien el vapeo no es inocuo representa una reducción de daños de 95%
comparado con el tabaco de combustión. (1)
Desde nuestra asociación asumimos el compromiso de exponerles como tomadores de
decisiones un punto de vista diferente sobre estos dispositivos, siempre de manera
respetuosa, basados netamente en la ciencia y sin ningún conflicto de interés de por medio.
Dejando en claro que estamos a favor de cualquier plan de control de tabaco y que nuestra
intención no es confrontar, sino debatir y poder trabajar juntos sobre una regulación
sensata y diferencial del tabaco para el vapeo el nuestro país.
Vapear no está exento de riesgos, pero es mucho menos dañino que fumar. Por eso nuestro
consejo es hacer foco en los fumadores que son las personas más adecuadas para cambiar
por completo al vapeo y en dejar de lado el prohibicionismo para garantizar la accesibilidad
de productos controlados y de mayor calidad a los miles de usuarios ya existentes en
nuestro país. Seguir sumando restricciones solo va a lograr aumentar el crecimiento del
mercado informal de los mismos.
El Reino Unido tiene una regulación bien establecida para los cigarrillos electrónicos. Según
las Regulaciones de tabaco y productos relacionados de 2016, los productos de cigarrillos
electrónicos que contienen nicotina están sujetos a estándares mínimos de calidad y
seguridad, así como a requisitos de empaquetado y etiquetado para proporcionar a los
consumidores la información que necesitan para tomar decisiones informadas.
La publicidad está estrictamente restringida y todos los productos deben ser notificados por
los fabricantes con información detallada a la Agencia Reguladora de Medicamentos y
Productos Sanitarios del Reino Unido, que prohíbe ciertos ingredientes.
Este otoño, un informe internacional clasificó al Reino Unido como el principal país en la
acción para bloquear la influencia de la industria del tabaco (2). PHE aconseja regularmente
a las autoridades locales que rechacen los enfoques de las compañías tabacaleras.
Tampoco podemos ignorar que en la región hay una tendencia a regular estos productos de
manera positiva como en Venezuela que es el primer país Latinoamericano en lograr una
regulación como “productos de consumo” y diferencial del tabaco, Chile acaba de aprobar
por unanimidad el ingreso de un proyecto de Ley que regulara al vapeo tomando como
premisa la reducción de daños, Colombia está dando sus primeros pasos a nivel
parlamentario con el mismo enfoque… ¿Porque privar a los argentinos que no pueden o no
quieren dejar de fumar de una alternativa que los puede ayudar a lograr la cesación
tabáquica? Michel Rusell Psicólogo Británico y padre de la reducción del daño del
tabaquismo a finales de 1970 dijo «La Gente fuma por la nicotina, pero muere por el
alquitrán» y por eso las alternativas al cigarrillo ayudarán a reducir los casos de cáncer,
durante la Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños en Enfermedades No
Transmisibles, celebrada recientemente en Paris, Tarek Safwat, neumólogo y profesor de
Medicina Pulmonar de la Universidad de El Cairo, reiteró que «cualquier médico recomienda
dejar de fumar, no hay debate en esto», pero para aquellos que quieren seguir
consumiendo nicotina, la forma más dañina de hacerlo es fumando, o lo que es lo mismo,
quemando el tabaco. Con la combustión, el cigarrillo alcanza temperaturas superiores a los
800 grados centígrados que cambian su composición química y liberan más de 7.000
sustancias en el humo que inhala el fumador. De ellas, 100 son dañinas o potencialmente
dañinas y, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA,
por sus siglas en inglés) son las principales causantes del desarrollo de enfermedades
vinculadas al tabaquismo, principalmente cardiovasculares, respiratorias y diferentes tipos
de cáncer. Pero, ¿cómo se consigue reducir la presencia de sustancias tóxicas? El “quid” de
la cuestión está en “separar la nicotina del alquitrán para que ésta se pueda seguir
consumiendo, pero sin la parte perjudicial, que es el alquitrán que se genera durante la
combustión”, señaló Laura Rosen, investigadora de la Universidad de Tel Aviv. La
respuesta es simple: para reducir las sustancias tóxicas, hay que eliminar el humo y la
combustión de la ecuación. En contra de la falsa idea de que la principal causa de las
enfermedades es la nicotina, lo que realmente produce el daño son todas las partículas y
componentes químicos que están presentes en el humo de los cigarrillos durante la
combustión.
Los productos sin combustión, como los cigarrillos electrónicos (con nicotina, pero sin
tabaco) y el tabaco calentado, funcionan a temperaturas cercanas a los 350 grados
centígrados, muy por debajo de los 800 grados que se alcanzan con la combustión. De esta
forma, el aerosol que se libera reduce considerablemente la presencia sustancias químicas
dañinas respecto al humo de los cigarrillos convencionales. Las recomendaciones de los
médicos para erradicar el cáncer provocado por fumar son dos: dejar de fumar y, en su
defecto, optar por productos menos nocivos. En la misma línea, el oncólogo británico Peter
Harper explicó que no son inocuas, “nadie dice que sean completamente seguras, pero
representan una mejoría”. “Los cambios de estilo de vida son la forma más efectiva de
minimizar los problemas de salud de muchas enfermedades crónicas, pero también la
reducción del daño”, indicó Harper. Existen beneficios en avanzar hacia productos menos
dañinos y en esa línea, el Dr. David Zaridze, oncólogo y presidente de la Russian Cancer
Society aseguró que la transición a los cigarrillos electrónicos es buena porque estos
presentan una menor concentración de sustancias peligrosas, lo que anima a pensar que,
con los productos sin combustión, se puedan reducir las muertes causadas por cáncer de
pulmón. “No se ha encontrado una asociación entre los cigarrillos electrónicos y el
cáncer”, explicó Rosen. De hecho, los cigarrillos electrónicos, a pesar de no ser inocuos, han
tomado un papel relevante en la mejora de la salud pública, ya que podrían contribuir a que
alrededor de 20.000 personas dejasen de fumar cada año solo en Reino Unido, según un
informe sobre los hábitos de consumo de tabaco elaborado por el Departamento de Salud
Pública de Inglaterra (PHE).
Por eso nuestra propuesta es:
Es una posición indeclinable que los sistemas eléctricos de administración de nicotina dejen
de estar prohibidos en toda la Argentina.
Sabemos también que cualquier cambio en la regulación vendrá acompañado con nuevas
regulaciones, por eso proponemos que sea una regulación sensata que permita a los adultos
a un acceso seguro a los productos de vapor.
Los productos vinculados al vapeo deberían ser gravados como cualquier otro producto de
consumo masivo. Cualquier tipo de impuesto especial sobre los vaporizadores, o accesorios,
incentivan el consumo del cigarrillo tradicional.
Un impuesto adicional a los productos de vapeo implicaría obligar a la gente optar por
productos caros que ingresan por las vías legales pero seguros, o comprar clones de líquidos
que pueden ser inseguros, y dispositivos de tecnología obsoleta.
El vaporizador es una alternativa menos dañina que el cigarrillo tradicional, y no debería
tener el mismo tratamiento fiscal. Al contrario, debería incentivarse su uso entre
fumadores.
Una regulación sensata es respetuosa de los derechos individuales protegidos por la
Constitución Nacional.
Como adultos responsables tenemos la capacidad para comprender las consecuencias de
utilizar cigarrillos tradicionales, vaporizadores, cruzar la calle sin mirar o soldar sin
protección visual.
Una regulación sensata es una regulación que te permite informarte, permite que te
informen, permite tomar una decisión, permite entender las consecuencias, permite poder
optar por una alternativa menos dañina al cigarrillo combustible.
Una regulación sensata tiene que respetar la libertad de expresión de médicos, científicos,
profesores, activistas y asociaciones civiles para poder divulgar evidencia científica que
respalda al vapeo como alternativa menos dañina que el cigarrillo electrónico.
De la misma manera, productores y vendedores del sector tienen derecho a la promoción
de su producto con una publicidad orientada a los mayores de 18 años.
Una regulación sensata incluye no sobrecargar de burocracia al sector que brinda productos
y servicios a vapeadores. El desarrollo de un sector formalizado contribuirá a la seguridad en
el vapeo.
Una industria local del vapeo será un sector dinámico en la economía local con grandes
posibilidades de crecimiento. Esto será otra herida de muerte más para el cigarrillo
combustible.
El vapeo genera empleos en tiendas físicas, ecommerce, productores de líquidos,
importadores, agencias de marketing, imprentas y otras industrias vinculadas con el
desarrollo del producto.
El derecho a la salud incluye el derecho por optar una alternativa menos dañina que el
cigarrillo tradicional.
Una regulación sensata genera alternativas para que la gente pueda tomar decisiones que le
permitan mejorar su calidad de vida.
Una regulación sensata comprende que no hay evidencia de que el vapor ambiental del
cigarrillo electrónico cause daños en la salud. El vapor contiene niveles insignificativos de
tóxicas (3).
Debería ser elección del dueño o administrador de los lugares de acceso público como
restaurantes, bares, clubes, etc. si se permite la utilización de vaporizadores dentro de los
establecimientos, o si habilita sectores exclusivos para ello.
Una industria del vapeo local consolidada tiene un alto potencial de exportación en materia
de líquidos y accesorios al resto de América Latina, Estados Unidos e Inglaterra.
Una regulación sensata entiende que la cambiar el hábito del cigarrillo tradicional por el
cigarrillo electrónico generar un impacto positivo en la carga del sistema estatal de salud.
Juan Facundo Teme – Presidente Asovape Argentina