La cumbre borrascosa de la Celac II
El regreso de Brasil a la Celac. La búsqueda de integración de los 33 países. El desafío de lograr el multilateralismo en la región.
Por Omar López
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (Celac), y su desafío político sin precedente, de intervención por la unidad de estado regional para enfrentar y desactivar, en parte, el frente de operación geopolítico; terrorismo económico, ocupación mediática cultural del llamado poder real, el golpismo de las derechas y el terrorismo judicial que arrasa el Estado de Derecho.
Cómo nunca se expone una compleja diversidad política de las fuerzas democráticas para enfrentar los servicios de inteligencia de una violenta colonización que hace tiempo se viene apoderando de los recursos naturales y del sistema económico de la región.
Cómo se ajustan las acciones económicas comunes saboteadas por los mecanismos dominantes que vienen por todo; litio, petróleo, gas, agua dulce, territorio, alimento y emplazamiento militar, en el marco de dos guerras poderosas como son el control territorial y de armamento en el conflicto Rusia – Ucrania y el control de los mercados globales atravesados por la confrontación de Estados Unidos y China. Dicha mesa de operación geopolítica tiene otros protagonistas tan poderosos como las potencias. Las mafias del poder financiero global, su interacción con los mercados, los tanques de inteligencia de las empresas globales operativos en la región.
El nuevo escenario no admite viejas lecturas políticas, aunque sí obliga a revisar desafíos que quedaron inconcluso luego del titánico esfuerzo político diplomático del No al Alca, en Mar del Plata. En aquel tiempo (otro momento irrepetible sin duda) de recuperación de la unidad latinoamericana y caribeña se fundía la idea protectora de un banco del sur, un Mercosur capaz de reunir en la diversidad una inteligencia comercial que no quede aislada por la operación de los monopolios. Ese proteccionismo necesario planteaba una política de comunicación coordinada y respetando la identidad cultural de cada nación. Esa batalla cultural que nunca comenzó y se arrinconó en Telesur, dejando de lado un sistema potente en su capacidad de trazar un sistema de comunicación popular, directo y organizador de las dinámicas populares, culturales y políticas como pudo ser la red radial del Mercosur, hoy sin duda, adaptada al sistema de redes. Sigue siendo una asignatura pendiente ante el secuestro de la información; la guerra sucia de los medios hegemónicos parte del poder real junto a la corrupción de jueces y fiscales, serviles mercenarios.
La derecha tiene su lado religioso, místico, y su biblia de neón del mercado activa los quiebres con la lógica de protección colectiva que proponen las democracias populares.
Las líneas de comunicación y producción de industrias culturales nunca fueron entrelazadas en los territorios culturales; el peso del pragmatismo y la no actualización de los cambios impuestos por el modelo dominante abandonaron la necesaria batalla cultural. Una batalla que debe tener a los Estados como protagonistas intensos para recuperar LA PALABRA, la idea del mundo presente y el valor de la lectura histórica como necesidad de navegar hacia el futuro.
La crisis violenta y criminal que azota por derecha a la región no traduce un escenario sencillo. Los urgentes salvatajes democráticos no se resolverán sin lucha y mucho menos sin apelar a una desafiante rebeldía al orden cerrado del pensamiento impuesto por las derechas.
El enorme peso simbólico y político del presidente Lula, abre una nueva dinámica política en la región. Argentina, Brasil y el Mercosur tiene lo que el mundo necesita, y el desafío es como se implementa. Sin duda se trata de políticas y desde hoy presidentes y cancilleres de Latino América y del Caribe comenzarán a buscar un punto de inicia en los aspectos tácticos. Lula asumirá en Julio próximo la presidencia del Mercosur, y un par de meses después la presidencia del G 20.
Lula y su potente carga gestual, bien focalizada por su Ministro de comunicación Paulo Pimenta, puso foco en la unión con Argentina, dejó claro la alianza estratégica y las identidades que la sostienen. Ayer Lula se abrazó con las Madres, Abuelas de Plaza de Mayo y nuestro Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel. Aún falta su reunión con Cristina Kirchner que ayer se reunión con Evo Morales. Lula no abandonará su esfuerzo para desplegar una acción táctica de unidad electoral del Frente de Todo. Brasil está bajo acoso del golpismo en muchas de las peores versiones. El presidente de Brasil sabe que la posibilidad de fortalecerse es con una continuidad en el gobierno del Frente de Todos que enfrenta las operaciones del mercado, el ataque del poder real y una condicionante política del endeudamiento por más de cien mil millones de dólares de la gestión de Cambiemos.
