La casta al servicio del poder económico
Son una minoría con el apoyo de toda la artillería mediática hegemónica. Avanzan en demoler el Estado y construir un gobierno para el saqueo de los recursos naturales estratégicos e imponer definitivamente el secuestro de la democracia. Son el 1 por ciento de la pobración con un poder económico formidable y una capacidad de engaño al pueblo como nunca se ha vivido. Se apoyan en el desesperante fastidio de una sociedad con 18 millones de pobres, en la violencia social creciente, en una frágil gobernanza del gobierno de FdT que no detiene los golpes de mercado, menos las operaciones de inteligencia política y la escalada golpista del aparato judicial y de la comunicación del poder real.
Resulta difícil creer que la sociedad no despabile frente a los personajes acuñados por el aparato de la derecha, Bullrich, Milei, y CIA, que ayer vociferaron en la Sociedad Rural sus planes de aniquilar el Estado Nacional, derribar el estado de derecho cerrando ministerios como Trabajo, Educación, Salud, de Género, etc.
Nunca vamos a escucharlos hablar de los responsables de quedarse con la riqueza y cómo dejan pobres y mendigantes deambulando en la noche nacional de la miseria mientras las grandes corporaciones, sus jefes y financiadores directos, siguen engordando su riqueza de manera asquerosa.
En sus discursos planos no señalan jamás a los empresarios que son los responsables de tanto saqueo, inseguridad y construcción de mentiras.
Aprovechan el enojo de la sociedad y acusan al gobierno y metiendo todo en una bolsa que sólo se sostiene con el andamiaje mediático dominante, que el mal es el peronismo, es Cristina, son los movimientos sociales.
Sin dudar asistimos al final de una lógica de confrontación política entre los movimientos democráticos populares y la ultraderecha sostenida por el poder económico. Asistimos también a una etapa terminal de la construcción de un frentismo político popular que sigue sin movilizar los debates abiertos en los territorios. Una cuestión es discutir la realidad y el por qué de tanto padecimiento, entre las militancias y muy distinto es ir con esa militancia a discutir en los vientres barriales, donde están todos los síntomas, todas las subjetividades, las construcciones de los sentidos que la derecha gobierna de manera implacable.
