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Adolescence: la pregunta que no se hace Netflix

Por Celeste Murillo

Murillo es Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

Mate amargo desea destacar el siguiente enfoque,otra mirada que amplía el pensamiento crítico, editado originalmente en:

https://www.laizquierdadiario.com/Adolescence-la-pregunta-que-no-se-hace-Netflix

La serie Adolescence en Netflix abrió diferentes conversaciones sobre redes sociales, violencia y masculinidades. ¿Dónde construimos nuestra imagen? Columna de Cultura en El Círculo Rojo.

· Adolescencia es una miniserie británica sobre un chico de 13 años acusado de asesinar a una compañera del colegio. Abrió muchas conversaciones, Netflix llevó debates feministas y de trabajadores y trabajadoras de la educación al prime time de la tele y la radio, a los diarios.

· De esas conversaciones, elijo algunas:

· La interacción en redes sociales y en la vida analógica, especialmente en un contexto en el que circulan discursos de odio amplificados por referentes culturales y políticos.

· En la serie mencionan algunas cosas que eran de consumo casi exclusivo de la manósfera o machósfera (foros antifeministas):

· La regla 80/20: el 80 % de las mujeres elige al 20 % de los hombres (es culpa del feminismo que rompió el “orden natural”). Jamie explica que eligió una chica de “bajo valor” (porque tiene pocas tetas y sobre todo, fue humillada porque circularon fotos de ella desnuda sin su consentimiento) para tener más posibilidades en ese escenario injusto.

· Los incel: la palabra viene del inglés involuntary celibate (célibe involuntario). Son varones heterosexuales que creen que el sexo es un derecho básico de los hombres y las mujeres un “bien común” para realizar ese derecho.

Cómo se hace un varón

· Masculinidades. Jamie habla al pasar de cosas que lo marcan (y algo interesante es que la serie elige destacar aspectos no se limitan a la conversación digital): el fútbol y la vergüenza de su papá cuando se equivoca y no sentirse validado ni pertenecer a ningún grupo (no es rico, no es lindo, no es popular).

· Es bastante claro por qué varones jóvenes como él pueden encontrar atractivas narrativas neo-masculinistas reaccionarias. Sus frustraciones tienen explicación: el problema es el feminismo, la agenda woke, los programas sociales. Son respuestas que brindan confort y seguridad. Sin embargo, no hay una explicación unidimensional de los hechos (la serie puede pecar de simplificación por subrayar un tema que le interesa abordar).

· Esas narrativas neo-masculinistas conviven con las tradicionales (proveedor), otras en crisis (dominación). Si sos un varón joven y no te sentís cómodo con los roles tradicionales (cuestionados) pero tampoco interpelado por los feminismos, la construcción de la imagen propia se complejiza.

· Es necesario un paréntesis para evitar confusiones: no tienen razón los neoconservadores “que vuelvan los valores” (sean más peronistas o más libertarios). No es cierto que las feministas se pasaron tres pueblos, la solución no es criminalizar el aborto o decirle a los homosexuales que se escondan.

· ¿Es un problema exclusivo de los varones? No, las mujeres también crecemos en sociedades en crisis. Pero los feminismos y otros movimientos contra la opresión además de debates y movilizaciones, plantean posibilidades de pensarnos, posibilidades de construir imágenes diferentes a las tradicionales o a las que la sociedad actual impone.

· En este sentido, un personaje interesante es el del papá de Jamie porque es un ejemplo de esos no espacios: él dice “me prometí no hacerle a mi hijo lo que me hacía mi papá” (golpearlo) pero no fue suficiente. Y esa frustración trágica plantea la pregunta: ¿Quién es responsable de la crianza? ¿La familia, la escuela, la sociedad? Stephen Grahan (actor, guionista y productor de la serie) citó en una entrevista un proverbio africano (con una historia floja de papeles) que dice “Se necesita una aldea para criar a un niño”, una idea comunitaria de la crianza y los cuidados.

La pregunta que no aparece

· Hay algo que no parece estar en discusión: Jamie tiene 13 años y es probable que pase mucho tiempo en la cárcel. En algunas conversaciones apareció la idea de “la cárcel funciona bien y la escuela funciona mal”. Cuando detienen a Jamie, él llega a la comisaría, lo tratan bien, hasta parece que lo “cuidan”. Comparado con la brutalidad policial, parece un lujo.

· Pero podemos pensarlo desde otro lugar: una sociedad que tiene un protocolo tan aceitado para arrestar a alguien de 13 años, ¿no es problemática? ¿No lleva demasiados años sumergido en respuestas penalistas?

· La serie no se detiene en la pregunta ¿la cárcel es una solución?

· Y la pregunta es importante porque entre los discursos que circulan está el de bajar la edad de imputabilidad. En Argentina, el gobierno propone bajarla a 13 o 14 años (no importa que los menores representen porcentajes mínimos en las tasas de criminalidad).

· El Reino Unido es uno de los países con la edad de imputabilidad penal más baja de Europa y del mundo: 10 años. Me dejó una imagen inquietante: en la vida real, Jamie no sería el nene más joven de la cárcel.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo