La crisis política
Por Omar López
No se trata solo de claves para analizar la razón en la discusión entre el presidente y la vice, hay profundas y divergentes miradas e intereses en disputa.
Hablemos de la política en crisis y de las encrucijadas de las viejas lógicas políticas que no superan el perímetro dominante de poder cultural económico y comunicacional.
Sobra evidencia de una crisis política en casi todos los escalones del Frente de Todos.
La idea y su lógica para superar la crisis que nos sepulta en términos económicos, culturales, mediáticos y sociales.
Existe una crisis política en la coalición gobernante producto de los desacuerdos sobre cómo se negocia con el poder económico real; FMI – Inflación – Salarios y Alimentos.
Sería una mirada parcial razonar que la disputa entre referencias y liderazgos se resume en la crisis que genera la maldita inflación, salarios, pobres, hambre, enojo social que crece.
Hay un punto de referencia de la crisis y es ideológico, dicho en la esquina del barrio la idea y su lógica con su filo y contra filo de intereses.
Es correcto pensar –como tantas veces sostuvo CFK – que la unidad es heterogénea. Entonces, cómo se calibra las diferencias de intereses en política de Estado para enfrentar a los patrones de la super estructura creada por el poder real. Se juega adentro de su perímetro dominante, se rompe la lógica y para quién y cómo se moviliza esa contra lógica para tener el poder de intervenir en la justicia social y la soberanía política – económica.
La crisis no la resuelve un pregón de unidad sin una discusión potente y de cara a la sociedad de cuáles son las causas de las diferencias ideo lógicas con las que se intenta gobernar ante el poder real dominante.
La Corriente Nacional de la Militancia, dentro del Frente de Todos, convocada en Rosario, llamó a profundizar las políticas oficiales y a «movilizar a la militancia, para que el neoliberalismo no gobierne nunca más en la Argentina». En el cómo se logra ese objetivo liberador radica el tema de fondo de la crisis que nos atraviesa y empuja desde las referencias centrales del FdT hasta toda la militancia y la sociedad.
Sucede que la complejidad política que enfrenta la negociación y puja con los monopolios dominantes impone sortear complejos sistemas de presiones, operaciones sobre contradicciones políticas, operaciones de inteligencia y debilidades surgidas del carácter ideo lógico de los protagonistas al frente del Estado.
No se discute el discurso de una unidad para recuperar el voto en 2023, y para sacar de la cancha al neo liberalismo y sus nuevas variantes fachas de intensa circulación en las redes y con soporte mediático hegemónico.
La derecha viene por todo y con su lógica “de para siempre” y sabe operar entre las variables conservadoras y los nacionalistas, derechistas y pro liberalismo que portan la máscara peronista. No es el fuego amigo, es el enemigo histórico de la clase popular. Muchos de estos “operadores sistémicos” que juegan las cartas del poder real parecen tener prioridad presidencial en negociaciones y mesas de soluciones que lejos de resolver el mal de raíz y exponer a los verdaderos ejecutores de tanto genocidio cultural, político y económico, los disfrazan y empoderan mientras las fuerzas democráticas se dispersan y la coalición que no es coalición pierde la posibilidad de equilibrar ideas, fuerza y organización para no ser tumbada en el ring geopolítico concentrado.
Posibles cambios de gabinete, la táctica y estratégica para superar las mutilaciones del poder real y sobre qué intereses disputar la política económica no serán fruto de una foto entre Cristina – Fernández, sino la urgente discusión de cómo se banca un cambio de rumbo auténtico, nacional, popular, con el carácter de una unidad capaz de discutir en la arena política y cultural.
Tantas veces Cristina Kirchner sostuvo que no hay solución a los padecimientos populares si no se enfrenta al verdadero poder económico. Y ahí está la cuestión central.
Y no se trata de dos en pugna con interpretaciones ideo lógicas contrapuestas; es una cuestión de discusión, comprensión y acción política organizada con el pueblo. También es necesaria construir una movilizadora y articulada comunicación democrática y popular, capaz de mostrar cómo funcionan los intereses y la táctica del golpismo opositor, estilete del poder real.
Hay buenos, malos y regulares análisis económicos. Lo que sigue ausente es la comprensión que la inflación, el crecimiento económico, la distribución, el control del escenario geopolítico que interviene sobre nuestra política alimentaria, la impunidad de los monopolios, el rajado sistema de los planes para los desocupados, la intromisión extranjera oculta por la hegemonía mediática de la derecha.
Crecer económicamente es indiscutible, crecer definiendo idea y lógica de cómo y con quiénes bancar la parada ante el poder real es la cuestión y tal vez en este punto está la cuestión política determinante.
