Guernica
«Sabemos a dónde vamos, y sabemos a dónde no queremos ir o no volver». Néstor Kirchner
Por Omar López
El cronista de C5N entrevistó a Carlos, indigente que sobrevive cuando logra conquistar alguna changa. Sin recursos para pagar un alquiler, fue uno de los primeros en llegar al campo de Guernica, hace cien días. Sin poder contener el llanto habla del desamparo de su bebé, de su compañera embarazada y de la poca ropa y documentos que no le dejaron sacar del ranchito y que fue consumido por el fuego. Carlos no tiene consuelo, sin pan, sin trabajo, sin techo ni comida. Es apenas una historia de tantas en el Guernica nacional, este territorio mutilado por las clases dominantes que nos saquearon con odio y hoy empuñan el viejo relato de la propiedad privada. Lo políticamente preocupante es que nuestro gobierno nacional y popular no tenga el oportuno carácter político para diferenciar la víctima en el campo de las necesidades de una herencia de pobreza e indigentes y frente al derecho y los oportunismos políticos de una parte de las organizaciones de izquierdas extraviadas de la realidad política que se disputa.Otra vez, lo táctico se desconectó del objetivo central, y de nuevo la comunicación sigue perdida en laberintos de contradicciones y expresa lacónicamente la debilidad política. El noble esfuerzo del gobierno de la Provincia de Buenos Aires y las auténticas necesidades de los desposeídos no tuvo un final feliz. No solo hay que revisar cómo se interviene, hay que entender que dirigir es prever, manejar la inteligencia política y la comunicación llana, oportuna, democrática. Comprender que los conflictos deben tener articulación colectiva con funcionarios, militancia, y el pueblo.Medir la intervención en un escenario implica analizar todo lo que arrastra cada decisión. Prevenir los movimientos que surgen de cada acción, con sentido justo de clase y siendo implacable en diferenciar las necesidades, los derechos y las garantías de los desposeídos. El Frente de Todos debe democratizar la escucha de miles de compañeras y compañeros que están en la barrosa trinchera política económica y cultural. Urge crear una comunicación política clara capaz de desactivar la inteligencia desestabilizante del poder político económico.Un par de horas después del desalojo Sergio Berni volvió a defender la propiedad privada. La brutal incapacidad política de diferenciar se volvió a manifestar y volvió a rasgar la imagen del gobierno. No se supo aislar a los operadores políticos de los pobres ocupantes.La naturaleza del peronismo no puede desdibujarse en una sociedad dividida por el muro neoliberal extendido más que nunca por una justicia brotada de mercenarios del neoliberalismo.La etapa política nacional ante el ataque del poder económico concentrado no se resuelve apelando al desarmadero de las ideas. No se pueden quemar las casillas, la derecha es la que quema, reprime, destruye, ignora el dolor desesperante del hambre y el abandono. Cristina Kirchner escribió hace poco que «La Argentina es ese extraño lugar donde mueren todas las teorías». Pues habrá que actualizarlas.
