El voto a la oscuridad

Quienes sufren la realidad material, social, de precarización laboral, inflación y son víctimas del ataque diario del costo de la vida, pusieron su voto castigo a un personaje que a horas de su triunfo ya nos advirtió que “El FMI no debería tener problemas porque proponemos un ajuste fiscal mucho más profundo del que ellos plantean”. Sin media tina sentenció, “Qué mejor para el mercado que (gane) un economista pro-mercado”.

El voto a la derecha contiene diversas lecturas del descontento social ante un gobierno que abandonó su historia popular y careció de coraje y determinación política para enfrentar a la casta del poder económico real, esa que puso en el ruedo mediático a Javier Milei. Una porción significativa de esos votos pertenece a una franja juvenil frustrada, que no fue interpretada ni atendida por las políticas del gobierno. No es nuevo, no es de ahora, la educación y la lucha de clases es eterna.

Ese voto bronca y de castigo tiene diversos protagonistas; ex votantes del FdT que no aceptaron la fórmula Massa – Rossi. El contexto ofrece mayor complejidad analítica a la hora de entender cuánto de esos votos conservará la derecha facha de Milei, que otro tanto volverá a su origen peronista y cuál porcentaje se cruzará entre votantes de Larreta y Bullrich.

El triunfo de Axel Kicillof, en la Provincia de Buenos Aires es un escenario que merece más análisis político, cuando el camino hacia la presidencial sigue abierto, tanto como el rumbo definitivo que tomen los votantes.  

Se inicia otra etapa y la discusión política, la pregunta es cuál es el grado de reconocimiento del gobierno de la notable fractura con la sociedad. Cuánto saber existe sobre el profundo malestar de la población y con qué herramientas se está dispuesto en el gobierno a confrontar las razones materiales de la crisis económica y social que impone un cambio urgente. Persiste aún la prioridad de atender – negociar con los patrones del sistema económico antes que tomar decisiones de protección de la ciudadanía que no se calma con un bono frente a una remarcación criminal, que no se detiene ante el alevoso terrorismo de quienes generan el golpismo con el dólar azul.

El triunfo de Milei –sostienen algunos analistas- dejó patas para arriba a la clase política que según parece hace años que atraviesa una profunda crisis de actualización de saberes de época, de comprensión de profundos cambios de categorías políticas, de los potentes cambios culturales y el notable retraso en la intervención en el campo de batalla de las ideas. A esta altura es necesario insistir sobre la lógica de las ideas sobre las viejas estructuras pragmáticas de la política. En los próximos setenta días difícil salir de tanto desierto.

En la licuadora mediática hay superabundancia de pronosticadores y sentencias poco serias que afectan desde hace tanto tiempo el ya tan precario ejercicio del pensamiento crítico. Además de intentar analizar el disfraz y el contenido de Milei será útil emprender una exploración de un peronismo en crisis. Porque más allá de cómo jugaron desde su poder muchos gobernadores justicialistas, otro tanto de intendencias, cruzados por intereses económicos más poderosos y de urgente negociación de las tácticas de unidad para la victoria. Nada nuevo en la política conservadora que incluso alcanza a las dirigencias de las supuestas vertientes juveniles que hace tiempo no escuchan a sus bases. Entonces, en medio de tanta malaria y algunos que prefieren quedarse con eso del voto emocional, con los enojados, con el piberío de diversas clases sociales, frustrados y sin memoria histórica, así parece más fácil evadir la responsabilidad, que preguntarse cómo la crisis social, la catástrofe económica con pobreza, exclusión y una hiper que sigue jugando al crimen porque nadie se atreve a agarrar del cogote a los que la promueven a cada segundo. La cuestión es más grave y durará mucho tiempo porque sobre la herencia del endeudamiento infinito del macrismo que se la fugó toda, el gobierno no se atrevió a romper los nervios de un sistema económico dominante, de marcar la cancha al poder real y a sus mecanismos de inteligencia, menos aún a su sistema de engaño mediático. Todo se jugó dentro del sistema corporativo de una democracia dominada por asaltantes, terroristas mediáticos, empresarios golpistas, corporaciones judiciales corruptas y una oposición política mercenaria.

La crisis económica que padecen jóvenes, viejos, adultos y una alta porción de trabajadores empobrecidos mutila todo destino, desgarra toda capacidad de pensar con equilibrio, porque solo se trata de no ahogarse, de no desaparecer, de estar vivo al día siguiente. El desarmadero de toda condición humana que genera esta crisis económica es catastrófico. Hay que ir a caminar los barrios pobres y meterse hogares adentro, estarse dentro de su desesperación, escuchar tanta angustia, contemplar esos dolores que tienen una historia de pasado y futuro difícil y trágico. No alcanza con decir que hay que ir a timbrear, con abrir un local con la bandera partidaria y cuatro personas que se turnan con la soledad esperando que alguien pase a retirar un volante.

Es cierto que esta esa otra militancia que ocupa el barrio, que vive en los merenderos, en los primeros auxilios diarios de todas las explosiones de los pobres del barrio. Es esa militancia que tiene nombre y habita, que está en primera línea y sigue empeñada en parir solidaridad, amor y resistencia. Porque esa militancia que viene de viejas historias desde los tiempos de “la resistencia peronista”, de enfrentar al terrorismo de estado civil, político, empresarial, cultural y eclesiástico, es esa militancia y sus herederos los que hacen posible que aún alguien escuche, pregunte, comprenda y vea un poco más.

La batalla cultural es eterna, y este gobierno que llegó con la mayoría de votos, y que entraba a la presidencia con un pueblo pobre, quebrado y una deuda que impediría gobernar, no dio batalla cultural. Fueron y son pragmáticos, desconectados del todos los fenómenos sociales y culturales que se fueron modificando al ritmo de la crisis y la pobreza. Mucho peor, fueron sordos y autoritarios en sus orgas burocráticas cuando desde la militancia de base se les advertía y alzaba la crítica. No hubo escucha y los referentes, muchos referentes sacrificaron una voluntad y creación maravillosa con su óxido político e intelectual. No hubo batalla política cultural, solo algún foco de resistencia y tanta discusión sin destino cuando debía hacerse movilizando hacia los barrios y no los barrios hacia el gobierno.

Los reflejos de la dependencia a una vieja lógica política siguen comiendo el destino popular como el cáncer que no se detiene; un día después de las PASO devaluación. Y todo se remarca, aumento de los alimentos, combustibles, alquileres, todo.

La rebeldía de ese peronismo que arrastró a tantas corrientes populares con sus propias identidades, sus aportes y costumbres, parece haberse congelado cuando viene una bestia facha, medieval, oscura empujada por los hilos invisibles del poder real y escoltada por sus propias futuras víctimas, los pobres, los olvidados, los desatendidos, sus enojados votantes.

A pesar de tan poco tiempo la historia puede conquistarse con la rebeldía, con la inteligencia política sin la especulación de los negocios de mercado de gobernadores, intendentes, burócratas sindicales y CEOS.

Se trata de desobedecer el orden cerrado del sistema que gobierna el poder económico real. Se trata de sacar el ministerio de economía a la vereda donde todos vean, se informen de qué se trata e intervengan en la decisión final. Suena épico como esa selección nacional de fútbol que no resignó el sacrificio colectivo ni la voluntad creadora que terminó movilizando como nunca ante a todo un pueblo.

Se trata de quitar las caretas, contar todas las operaciones que no aparecen en ningún título, operaciones donde se discute antes que el candidato como se reparten las acciones, los negocios del remate del estado.

Mientras, los pobres vencidos por el hambre, la frustración, el engaño, crecen en el resentimiento, se vuelven violentos, y todo lo que sea odio los consuela, los droga para no pertenecer a esa clase de muertos sociales, y por ahora en este circo de la democracia con un mono en el trapecio asistimos al último gran acto de la claudicación.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo