Agencia CHE

La lógica del viejo posibilismo

Por Mate amargo

La derecha que endeudó, fugó la plata y el gobierno que juró en campaña llevar a la justicia a los saqueadores, levantaron juntos la mano para aprobar el acuerdo con el FMI. La lógica del viejo posibilismo que resguarda el sistema donde reina el poder real está en carne viva.  

Se habla de responsabilidad institucional en nuestro país con 18 millones de pobres y una violencia imparable en los precios de la mesa popular. Violencia que en gran parte ejercen quienes forman parte del 55 por ciento de la deuda que está en manos locales.

Todo se mide con la vara de una lógica política de pensar la crisis. En los últimos días el pan –conflicto bélico de por medio- subió 40 por ciento. Viene a cuento sobre la gran cantidad de factores involucrados en la crisis económica argentina y como está vinculada al acuerdo con el FMI y las revisiones trimestrales que –por su historial- insistirán en el ajuste.

En el nombre de la responsabilidad institucional que no es otra cosa que la obediencia al régimen impuesto por el capitalismo salvaje, el acuerdo impagable que amortizará el pueblo argentino saldrá por la vía constitucional, parlamentaria. Trágico.

El dialogo – unidad propuesto por el Presidente Fernández es un equilibrio temerario. Afuera quedó la gran construcción de la unidad central, transformadora, institucionalizando el Frente de Todos, intensificar el debate político de cara a la sociedad; unidad para comprender las contradicciones y atreverse a encarar ideas de acción, organización, movilización de la razón, el derecho colectivo para la transformación de la democracia de los poderosos al Estado de Derecho de las mayorías.

El proceso de renegociación entre el gobierno del FdT y el FMI, con la injerencia imperial de los Estados Unidos y sus potencias aliadas, tuvo un relato sobre la responsabilidad institucional, evitar el aislamiento del mundo, (¿cuál mundo?), mediático, político, empresario e incluso de una parte del viejo poder de la burocracia sindical tan mesurada cuando gobierna la derecha.

La deuda más grande e impagable de la historia argentina otorgada a Macri por el FMI y el gobierno de Estados Unidos es una invasión a la soberanía argentina, una ocupación política del Estado, un campo de concentración operacional del modelo económico administrado por el poder real asociado con las necesidades geopolíticas regionales del imperialismo. Un “préstamo” electoral al viejo batallón del saqueo nacional. Dinero fugado del país y que se pagará como siempre con más pobreza e indigencia del pueblo. Se sabe muy bien quiénes y cómo la fugaron, pero al parecer no es una cuestión de soberanía política agotar todas las variables para exponer el crimen y el castigo. También se sabe –y se comprueba preguntando bien abajo donde la sociedad se pregunta y se discute sobre cómo apenas se sobrevive a diario.

Parece ser que lo legítimo y lo falso, lo justo e injusto que abarca el destino público y colectivo de la sociedad ante los intereses privados sigue medido por una vieja vara de la política, cuando encima el gobierno sacó la media sanción con acuerdos con Elisa Carrió y los parlamentarios responsables del trágico endeudamiento.

Con la prensa con dominio absoluto de la desinformación, la campaña de noticias falsas y el secuestro informativo y de gestión del nuevo gobierno, con la Justicia contratada por el poder real y las operaciones subversivas del poder económico exportador y monopólico en el mercado nacional, se armó una vieja lógica política sobre la que se acentuó la nueva negociación paganini.

Los relatos periodísticos, incluso en el valioso espacio plural –con todos sus matices- de una reducida industria periodística que confronta con la maquinaria mediática descomunal, engatusadora al servicio del poder real.

Discutir qué tipo de unidad se merece el Frente de Todos, es tan estratégico como la calidad de la discusión política y la comunicación popular abrochada en las bases populares. En el abajo la militancia tiene mucho de aportar y ese ejercicio de ida y vuelta, participativo es gravitacional a la hora de garantizar una unidad capaz de edificar un proyecto de poder real.  Hay que revisar todas las contradicciones e intereses que tomaron cuerpo en tanto el poder real rodea con toda su artillería al gobierno. Analizar el comportamiento de los grupos de poder dentro del frente, pragmatismos, culturas políticas, construcciones hegemónicas para sostener una lógica agotada como expresan diversas corrientes el sindicalismo y dentro del PJ. La línea de fuga a discutir un proyecto de construcción democrática y popular parece ser el chicaneo, fabricar culpas y persecuciones a sectores como el kirchnerismo, La Cámpora, mientras de espalda al voto popular se entraman acuerdos con muchos de los viejos responsables de la tragedia argentina.

El debate político franco, lejos de una debilidad es una fortaleza, la unidad ancha, generosa debe ser heterogenea, sino, difícil sea una unidad con destino. Tan cierto como que la unidad se agota cuando se disparan en direcciones contrarias, y más con metodológicas, tácticas, incompatibles con la estrecha sintonía con Morales caminando junto al gobierno.  

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo