El gobierno anuncia «un pacto para el buen uso de las redes sociales».
Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos, adelantó que desde el Consejo Económico y Social se trabaja, junto a 40 universidades, en «un estudio pionero» sobre las redes sociales.
Por Omar López
El secretario del pesimamente titulado “Asuntos” Estratégicos reveló la intención de Estado: que «dejen de intoxicar el espíritu de nuestra democracia”.
Asumía Néstor Kirchner y en eso llegó Fidel. Este escriba preguntó una vez a Castro sobre la Batalla Cultural.
Densa respuesta del revolucionario que encabezó la más compleja, violenta y desafiante batalla de ideas, de lucha de clases y construcción de poder popular.
La lucha por las ideas, la defensa de la razón y todos los vientres culturales que funden un proceso interminable de interpretar la memoria e identidades, en función de los intereses nacionales y populares dispuestos a la reinversión de una democracia sin el orden cerrado impuesto por las clases dominantes. Todo, y más en un mundo donde estalló la condición humana.
No es cuestión de pactos, se trata de una política de Estado en la comunicación democrática que sume la enorme y rica diversidad de valiosas experiencias en la comunicación popular, en la resistencia y sobre todo en edificar otra lógica de confrontar con los sentidos y símbolos de los dueños del secuestro de la información, las noticias falsas, la venta de la mentira como verdad.
Se trata de preguntar cómo cambiar la campaña sucia montada por el poder económico – cultural – mediático dominante; cómo enfrentar la ingeniería y la inversión millonaria que controla las redes.
Cuántas políticas esperan rescate del gobierno, entre tantas claves la recuperación y vigencia de la ley de medios. La democratización de las pautas que reparte el gobierno que no llegan en cantidad y calidad a los medios populares.
El tema es muy complejo, cierto, y es atravesado por piezas claves del control político – cultural- tecnológico y económico de la comunicación. Son mayoría las barriadas humildes del conurbano que no tienen regulaciones y menos presencia del Estado para tener acceso a una sólida señal de internet, y padecen la impunidad de empresas que solo llegan dónde está el poder adquisitivo.
De qué se trata la cuestión de democratizar la información y el cómo se enfrenta la arquitectura de dominio cultural que en las redes hegemoniza el poder económico dominante.
Aquí entramos en la batalla central, ideas, ideología, confrontar con poder dominante, y atreverse a dialogar con el pueblo y sus instituciones populares, las que quieren disputar al neoliberalismo, las que resisten sin pausa, crean mecanismos de producción con nuevos capítulos de comunicación que integren al pueblo a informarse, pensarse, comprender el contexto y movilizarse.
