Depredadores en campaña
La acción del Estado en pandemia despejó la niebla mediática que hizo invisible el país arrasado
Por Omar López
La presencia tragicómica del depredador de Macri es la foto de campaña para contener el núcleo duro. Hay otras fotos quemadas en el tacho de la historia periodística de los medios dominantes.
La imagen de los desposeídos, desocupados, les sin destino. La mesa vacía, no hay retrato del dolor de panza; del mareo y el derrumbe humano que causa el hambre. No se ve cómo tortura el frío en el hogar agujereado y el pobre desamparo callejero. “No está, no está muerto ni vivo…”, dijo (1979) el criminal genocida, Jorge Rafael Videla,*rostro de la dictadura, cívico, militar y sostenida por los mismos poderes económicos que hoy buscan el golpe al gobierno del FdT.
La oposición no está vacía de ideas; en su narrativa electoral no hay pandemia, menos propuestas, objetivo es la negación del gobierno, del peronismo. Y les cuesta mucho porque la acción del Estado en pandemia despejó la niebla mediática que hizo invisible el país arrasado; insisto en afirmar, el genocidio cultural, social y político. Les cuesta porque después de destruir la economía y endeudar al pueblo por un siglo, la economía con medidas buenas, mejores o aún incompletas, “los indicadores económicos reflejan una firme recuperación” (Alfredo Zaiat- Página 12).
Este revuelto por derecha y sus maléficos personajes de Ciudad Gótica, tiene una visible fractura en su contrato social, que obliga en lo táctico a ocultar su verdadero proyecto. Su odio y defecto se regula con la fascista maquinaria mediática, agreguemos la banda de jueces sicarios.
La mano mejor jugada por poder económico real la rifó Mauricio Macri. Entonces, no resulta fácil limar el desgaste de tanto mascarón y argumentar cómo van a salvar el país que detonaron. Les queda “el núcleo duro” amamantado por clarínes, naciones, pantallas y parlantes de su campo de concentración mediático. Núcleo duro desgastado y con dispersión hacia otros laberintos fachos.
El Frente de Todos comenzó a interpretar rasgos de la crisis, propuesto por la vicepresidenta Cristina Kirchner, que insiste en una nueva forma de pensar el escenario político. Nada fácil cuando el viejo mastodonte y mal herido paradigma de la derecha nos aplasta con la cruel existencia de sobrevivir primero y después entender de qué se trata. Tal vez por esto insiste Cristina en poner al frente del combate a cuadros con capacidad de lectura y transformación en la gestión, la convicción de pertenencia y sacrificio. La crisis política es global, mata como el Covid por derecha, centro e izquierda y los apolíticos están más zombis que nunca.
Todas las cabezas juntas del puñado de poderosos grupos del poder económico activan su discusión sobre el control político; cómo ensanchar a su favor la ficción democrática y recuperar el gobierno, porque lo que importa es la construcción de un nuevo y más implacable poder ante un mundo geopolítico en disputa entre los imperios. Hay una generación cultural de la política agotada en su lógica y en riesgo ante la aparición de nuevas experiencias protagonicas de una nueva generación; la Cámpora es la punta de ese enorme tempano del cual aún se ve la punta en la superficie, pero, son todas las construcciones similares que inquietan. En esa lógica pierden un control sobre la super estructura democrática que tanto vigilan.
Qué y cómo comunicar frente a la derecha, desde la cabeza al pie, cómo ordenar la discusión e intervenir en las prioridades. Si la economía comienza a funcionar con un enorme y complejo sistema de apoyo a la producción, en lo social, aún falta la solución política, efectiva e inmediata a los que no pueden comer dignamente. La prioridad del grueso de la sociedad más empobrecida pasa por ver cómo bancar el alimento cotidiano, las necesidades básicas que resultan inalcanzables. Basta entrar a los hogares humildes del conurbano profundo para asimilar esa realidad que lo posterga todo. Cómo pagar la deuda legítima con el pueblo y reformular la negociación sobre la deuda ilegítima con el FMI que quebró al país.
*Genocida Jorge Rafael Videla: «Le diré que frente al desaparecido en tanto éste como tal, es una incógnita, mientras sea desaparecido no puede tener tratamiento especial, porque no tiene entidad. No está muerto ni vivo…está desaparecido»