Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. China se presenta como un líder global alternativo.
Los ojos del mundo entero estarán puestos esta semana en dos puntos geográficos del gigante asiático: la plaza Tiananmén en Beijing y la ciudad portuaria de Tianjin. La emblemática explanada, ubicada en el corazón de la capital china, será el escenario sobre el que se montará el presidente Xi Jinping el martes para realizar una demostración de fuerza global. Con motivo del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de la Resistencia China contra la Agresión Japonesa (1937-1945).
En el acto por el 80° aniversario de la victoria contra el fascismo japonés, el presidente chino hablará frente a 26 mandatarios, entre los que se destacan los mandatarios de Rusia y Corea del Norte. En la previa a la celebración, se desarrolla la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. China se presenta como un líder global alternativo.
El líder chino, Xi Jinping, lanzó un ataque velado contra Estados Unidos este lunes al criticar sus “prácticas intimidatorias” y presentar a su país como un nuevo líder de la gobernanza mundial, en un momento en que la política de “Estados Unidos primero” del presidente Donald Trump está poniendo patas arriba al mundo.
“Las reglas de unos pocos países no deben imponerse a otros”, declaró Xi ante más de 20 líderes mundiales reunidos en una cumbre de dos días, orquestada para destacar el liderazgo global de China y su estrecha y duradera alianza con Rusia, mientras ambos vecinos buscan reequilibrar el poder global a su favor, a expensas de Estados Unidos y sus aliados.
La reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO, por sus siglas en inglés), respaldada por Beijing y Moscú, en la ciudad portuaria norteña de Tianjin, es el mayor evento diplomático del año en China, y congrega a figuras políticas de peso, como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el primer ministro de la India, Narendra Modi, y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan.
En la cumbre, Xi prometió 2.000 millones de yuanes (US$ 280 millones) en subvenciones a los estados miembros de la SCO este año, y 10.000 millones de yuanes (US$ 1.400 millones) adicionales en préstamos a un consorcio bancario de la SCO durante los próximos tres años.
“Debemos aprovechar la fortaleza de nuestros grandes mercados y la complementariedad económica entre los Estados miembros y mejorar la facilitación del comercio y la inversión”, declaró Xi a los líderes mundiales reunidos en la cumbre de la SCO.
Más tarde ese mismo día, Xi presentó una nueva Iniciativa de Gobernanza Global, continuación de sus tres iniciativas anteriores sobre seguridad, desarrollo y civilización que, en conjunto, sirven como un esbozo general de su visión de un orden internacional renovado.
“Espero trabajar con todos los países por un sistema de gobernanza global más justo y equitativo”, declaró Xi, comprometiéndose a aumentar la representación y la voz de los países en desarrollo y a practicar el multilateralismo, haciéndose eco de los antiguos llamamientos del Sur Global.
“Debemos seguir derribando muros, no erigiéndolos; buscar la integración, no la disociación”, añadió.
La visión de Xi se opone a lo que Beijing considera los cimientos de un orden mundial liderado por Estados Unidos, oponiéndose a alianzas como la OTAN –que, en su opinión, existen para imponer el sistema basado en normas de Occidente– y cuestionando el concepto de derechos humanos universales, a la vez que busca reestructurar el poder en la ONU y otros organismos que considera injustamente dominados por Occidente.
Sin mencionar directamente a Estados Unidos, Xi prometió oponerse a la hegemonía, la “mentalidad de la Guerra Fría” y las “prácticas intimidatorias”, expresiones que Beijing suele emplear para criticar a Estados Unidos.
En momentos en que Trump alarma a las naciones con su guerra comercial global, sus retiradas de organizaciones internacionales, los recortes drásticos de la ayuda exterior y sus amenazas en redes sociales, Beijing considera que Estados Unidos está socavando el orden internacional que se esforzó por construir, y ve una oportunidad para impulsar su propia visión como alternativa.
“Debemos abogar por un mundo multipolar, equitativo y ordenado, y por una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva, y hacer que el sistema de gobernanza global sea más justo y equitativo”, declaró Xi en su discurso inaugural.
Haciéndose eco de las declaraciones de Xi, Putin dijo que la SCO sentó las bases para un “nuevo sistema” de seguridad en Eurasia, posicionándolo como una alternativa a las alianzas lideradas por Occidente, contra las que se ha opuesto durante mucho tiempo.
El nuevo sistema “reemplazaría los obsoletos modelos eurocéntricos y euroatlánticos, consideraría los intereses del mayor número posible de países, sería verdaderamente equilibrado y no permitiría que algunos Estados intentaran garantizar su seguridad a expensas de otros”, declaró Putin.
Relación estrecha
La cumbre es una muestra del estrechamiento de los lazos entre China y Rusia, así como de la amistad forjada a lo largo de los años por sus dos líderes autocráticos.
La profunda conexión personal entre ambos quedó de manifiesto el domingo por la noche, cuando Xi y su esposa, Peng Liyuan, ofrecieron un banquete de bienvenida a los líderes asistentes.
Las imágenes publicadas por la agencia estatal de noticias rusa RIA mostraron a Xi y Putin gesticulando animadamente y sonriendo mientras conversaban en el evento, mostrando una faceta diferente del líder chino, habitualmente comedido, y una actitud cálida y relajada con su homólogo ruso.
Luego, ambos caminaron hombro con hombro tras posar para una foto junto a otros líderes reunidos, y Xi le hizo un gesto a Putin para que lo acompañara, según mostraron las imágenes publicadas por el Kremlin.
La cumbre de la SCO también representa la primera oportunidad de los líderes para reunirse desde el encuentro de Putin con Trump en Alaska a principios de este mes, y se produce en un momento en que Putin resiste la presión occidental para poner fin a su ofensiva en Ucrania.
La semana pasada, las fuerzas de Moscú llevaron a cabo su segundo mayor ataque aéreo hasta la fecha contra Ucrania.