La pandemia de los idiotas
Por Omar López
El virus y la muerte circula, los 471 fallecidos son la verdad. Ayer se detectaron 552 nuevos casos positivos, suman un total de 12.628. La tasa de letalidad es de 3,7 por ciento de los casos confirmados y la de mortalidad general es de 10,2 por cada millón de habitantes. Hubo 258 contagios y un muerto en barrios vulnerables de la Ciudad en las últimas 24 horas.
Las medidas tempranas implementadas por el gobierno evitaron una tragedia incalculable. Ahora se dinamizan los contagios y se supone que asistimos al ingreso del famoso “pico” de la pandemia.
El Estado lucha por preservar la vida y combatir la peste de la ignorancia que a diario inocula el terrorismo mediático hegemónico.
Doscientos idiotas hicieron su marcha en Plaza de Mayo, convocado por la operación de inteligencia mediática de los medios del poder económico. Propietarios del barrio cerrado Villanueva de Tigre, con propiedades valuadas entre 350 y 400 mil dólares, organizaron una caravana con 30 autos para pedir el fin de la cuarentena «que impacta en su economía». Lo hicieron pese a que el domingo a la noche la policía bonaerense había advertido que estaba “terminantemente prohibida” la movilización vehicular.
La derecha hace rato que salió a cazar al gobierno. La cara más visible, aunque no la única ni la que más poder de fuego tiene, es la cadena nacional que encabezan Clarín, La Nación, y todos sus propiedades audiovisuales, junto a otros pregoneros del gran capital como el Grupo América, Infobae, entre muchos más. Para Mate amargo no es novedad, hace treinta años que lo venimos denunciando.
Se trata de apresurar la demolición del gobierno, y no les importa la carga de la falsedad explícita de sus noticias. Sueñan con un “levantamiento social” porque no se tragan el Estado presente que interviene sobre sus privilegios, incluso aunque dicha acción del gobierno aún sea sobre los márgenes de sus intereses. La acción desestabilizadora es tan impune como calculada con los intereses en juego en la negociación de la deuda. No se detienen en su fanfarria, sin información probada, carecen de evidencias y para su objetivo reviven muertos políticos, como Patricia Bullrich, entre otros impresentables.
Es la lucha para sostener sus privilegios y el control de mando sobre la estructura capitalista.
Saben que el gobierno propondrá otro contrato social; implica modificar reglas, otra distribución de la riqueza, un impuesto a las grandes fortunas y recuperar los derechos y garantías de la sociedad ante el reinado del mercado que se ubica por encima de las necesidades de la población. Es parte del golpismo diario que se ejecuta en el nombre de un enmascarado periodismo independiente.
Acuden a campañas que siembran en sectores de clase media alta y franjas sociales cargadas de odio e ignorancia que detestan al gobierno. Operan con el sentimiento de fastidio y el desconcierto por tanto encierro. Ocultan la información diaria sobre el fuertísimo rescate del gobierno a la sociedad, en lo asistencial, preventivo, en lo económico y lo educativo.
Es una derecha agotada inundada en la materia fecal de su mentira y su odio.
Operan sobre una porción no menor de nuestra sociedad aplastada en términos culturales, de pensamiento crítico, encantadas por su veneno mediático. La batalla política y cultural nos convoca, y urge desplegar la comunicación que deje al desnudo las operaciones de inteligencia.