El Cordobazo

Memoria y reflexión de la unidad en la lucha

Por Omar López
Hace 51 años de la gesta unitaria de los obreros y estudiantes que afirmó la lucha y organización de clase.
La huelga del 29 de mayo de 1969 fué el inicio de la caída de la dictadura militar encabezada por el general Juan Carlos Onganía, en favor de los monopolios y marginando con miseria, hambre, y censura al pueblo argentino.
El Cordobazo sintetizó la unidad en la diversidad de los trabajadores, estudiantes, el movimiento político popular, la resistencia peronista, de la izquierda y sectores del empresariado nacional. La lucha tuvo un alto nivel protagónico en el sindicato cordobés de Luz y Fuerza, liderado por Agustín Tosco, referente de la CGT de Los Argentinos. Atilio López, secretario general de la UTA de Córdoba, luego asesinado en 1974, por la Triple A liderada por José López Rega. Elpidio Torres, secretario general del Smata cordobés y miembro de la CGT provincial. El flaco Jorge Canelles, obrero de la construcción, titular en Córdoba de la UOCRA (gremio de la construcción) y referente del Partido Comunista.
El 29 de mayo de 1969, a las 10 de la mañana, comenzó un paro activo por 36 horas.
Miles de obreros se cruzaron con miles de estudiantes que provenían del Barrio Clínicas, se ocupaba la ciudad y comenzaba una represión resistida con precisa y heroica organización del frente de lucha.
La otra CGT nacional con el colaboracionista de los monopolios, Augusto Vandor, no tuvo más alternativa que solidarizarse, a último momento, con el paro que conmovió al país e impactó en la estructura represiva del régimen militar y empresarial.
El Cordobazo expresa un altísimo nivel de construcción de la unidad, la conciencia y la organización para enfrentar el programa de la dictadura al servicio del saqueo capitalista. También resumió la unidad contra la opresión de las clases dominantes, contra el antiperonismo y por un sindicalismo de liberación, que en palabras de Tosco, buscaba el socialismo.
El Cordobazo nutre al todo los movimientos antiburocráticos, y es la contra cara de los jerarcas sindicales que se alejaron de su identidad de clase y pasaron a asociarse con los poderes económicos, siendo dique de contención de la liberación de la clase trabajadora.
Rodolfo Walsh, escribió en el diario de la CGT de los Argentinos que «Nuestras clases dominantes han porocurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo.

olopez

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