Argentina

Aquí se escribe la historia

Por Omar López

La escalada política, golpista sobre el gobierno es visible, con intervención en frentes sensibles en el funcionamiento democrático. La única respuesta debe ser ni un paso atrás.

El fallo de la Corte Suprema parece positivo para su candidato a presidente, Rodríguez Larreta y negativo para el país acorralado por el virus mortal. Es un secuestro al orden constitucional, y pone en el límite el sistema republicano. De este grave momento no se sale con posibilismo político, con el juego del mudo que practican muchos políticos de la alianza del FdT. ¿Cuánto más se estira la decisión de una reforma judicial? El Fallo de los sirvientes supremos del poder real deja al desnudo un mecanismo de impunidad totalitaria que la democracia y el gobierno del Frente de Todos debe desarmar con otra lógica de autodefensa constitucional y contundencia política. Es el ahora, es el cómo para dejar de seguir cediendo espacio. Y nobleza obliga duele decirlo frente a un gobierno que se desloma por sacarnos de la amenaza mortal y la muerte económica que nos dejó el grupo de asalto del poder concentrado. El presente político ata el destino democrático y replantea otra lógica en la respuesta al complejo movimiento de demolición del gobierno y el estado de derecho. La acción del poder económico se asienta sobre el terrorismo mediático parte de su ejército desestabilizador. A esta altura más que recalcular la comunicación del gobierno democrático se impone un replanteo de fondo articulador con todas las reservas democráticas aún quietas en el conjunto de la mayoría de los votantes de la alianza gobernante. ¿Cómo anticipar y sostener la iniciativa desactivando la lógica reproductiva de los sentidos destituyentes que se alzan a diario?

¿Cuánto se comprende sobre la capacidad política de la información que permite la comprensión de qué sucede por detrás de la invención mediática hegemónica?

¿Qué enseñanza deja la discusión argumental sobre la emergencia educativa?

¿Cuánto se puso en discusión sobre la utilización argumental de los padres en relación a su rutina con sus hijos y las causas económicas que jugaron en esa decisión?

¿Qué capítulo de la movilización abre una información participativa, articulada con el universo de la comunicación democrática, participativa, que sigue marginada por la ausencia de una política de Estado?

¿Qué falta políticamente para sortear el inmovilismo de la fuerza gobernante y liberar la capacidad de combinar la información con movilización política sobre todas las herramientas que tienen las organizaciones populares?

¿Por qué razón hay un negacionismo a construir un mecanismo de confrontar el montaje cínico y desestabilizador que acosa a la sociedad con su prédica diaria de falsos argumentos y dejando intacta la naturaleza de sus intereses económicos?

De este ataque de la derecha se sale con política y la pregunta es si la respuesta política es grupal o queda en algunas manos dispuesta a dar la batalla política económica, política y cultural.

¿A esta altura, cuánto se sostiene la lógica democrática en boca de algunos funcionarios cuando el presente requiere respuesta enérgica con presencia de todos los frentes en disputa?

¿Cuánta complicidad existe en referencias y organizaciones que tienen capacidad de organización, de difusión y de llegada a los trabajadores, y se quedan en su cono de silencio, cuando en un pasado no muy lejano fueron determinantes en movilizar su discurso y fuerza propia pulseando con el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner?

¿Cómo se desplaza el golpismo mediático? ¿Por qué el Estado habilita sólo observatorios de medios y no mecaniza políticamente la observación sobre la recuperación de los enormes espacios de comunicación plural que siguen desarticulados?

¿Por qué razón se insiste en sostener la discusión con el poder político desde una narrativa recortada del resto del movimiento nacional y popular?

¿Dónde radica la creencia ideológica frente al poder concentrado de seguir utilizando viejos criterios de comunicación arrasados por la pandemia cultural que impone el mayor ejercicio de impunidad de la derecha en nuestro país?

¿Cómo se resignifica una comunicación de puentes con el pueblo, discutiendo la riqueza, visibilizando el saqueo del presente, afirmando carácter político para sostener los principios que sostienen la razón democrática del gobierno?

¿Qué impide al gobierno sostener su lógica de los consensos con la firmeza de su razón ideológica, sin paralizar su determinación para evitar rupturas?

¿Qué sucede frente a las otras rupturas que se advierten en la sociedad golpeada por la pandemia, la crisis y la operación de la derecha?

El ataque es en los frentes sensibles donde habita el miedo, la incertidumbre imponente de la pandemia, el cansancio social, la inquietud y la ira de la sociedad frente a la crisis económica heredada del saqueo; inflación, desocupación, el aumento imparable de los alimentos. Sobrevivir es una cuesta arriba para los más pobres y alcanza a una clase media que desciende con zozobra.

El enorme sacrificio del gobierno con el recupero de la salud pública y asistiendo económicamente a los más desprotegidos, las pymes, la clase media, y a los trabajadores de poderosos grupos que operan sobre la crisis, parece quedar a mitad de camino entre lo contingente y lo políticamente necesario ante el caos impuesto por la operación de desbarrancarlo.

El Covid-19 impuso un cambio en los planes de recuperar la economía y discutir la desigualdad, temas bajo el control político del poder económico real que resguarda su sistema de dominio.

Abajo, en la militancia, en las organizaciones sociales, en los espacios de la cultura, la comunicación popular, la universidad, entre los espacios profesionales, entre docentes, en el periodismo, en los gremios, las fábricas, en las pymes, en los hogares, se discute política, economía, ideas y sobre todo el carácter del gobierno a la hora de dar respuesta a tanto golpismo del poder concentrado. Que nacionalizar la Hidrovía, Vicentin, o poner el esfuerzo en otro frente. El gobierno padece la desestabilización en todos los planos y en ellos debe asumirse el gobierno democrático. La pregunta es cuánto tiempo resta para decidir confrontarlo y cómo y con quienes debe ejercer el Frente de Todos esa confrontación política y cultural. Es la misma discusión sobre cómo confrontar en las bases de las diferentes referencias que son parte de la alianza del gobierno. Seguramente no, y esa rutina de la vivencia de lo real debe ser traducida y ordenada políticamente.

Sin duda los frentes abiertos son de complicidad temeraria; cómo resolver el endeudamiento, talón de Aquiles dejado por el neoliberalismo saqueador del gobierno del poder económico con Macri. Seguir inmunizando a la población, combatir el latigazo diario de la remarcación de los alimentos, modificar la corte suprema socia del poder económico. Lograr la participación movilizada de la sociedad en cada frente de lucha. El presente modificó la relación de fuerzas de propios y oponentes. Cuándo la vicepresidenta Cristina Kirchner expresó en La Plata, frente al gobernador Kicillof, al presidente Fernández y a Massa que los funcionarios que no quieran enfrentar las presiones políticas, deberían dar un paso al costado, anticipaba la dimensión de la crisis y la mecánica del mal llamado golpe blando. Es golpe, implacable castigo sobre la mente del conjunto de la población, es un ataque en todas las líneas sin defensa, es una acción terrorista cuando la muerte nos acorrala y la economía nos enterró en los laberintos vigilados por el poder económico. Y se sale con coraje político, con inteligencia táctica y funcionamiento colectivo con todas las fuerzas democráticas del pueblo que es mucho más que el 48 por ciento de los votos con los que se derrotó al neoliberalismo. Es hora de cambiar, y salir al campo de batalla de las ideas con la convicción que el diálogo se sostiene para la vida y la libertad, no para sostener la fortaleza del verdugo.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo