REFLEXIONES DESPUES DEL 1° DE MAYO
Por Tony Nicolau
Milei no deja de perjudicar al mundo del trabajo. Nótese que decimos ‘mundo del trabajo’ y no ‘mundo empresario’ donde las cuentas son bien distintas.
Milei maltrata a los trabajadores, nos insulta, nos trata de vagos, nos obliga a trabajar más horas para ganar menos dinero, nos empuja a la pérdida de derechos adquiridos, nos vitupera en nuestra función más álgida en un sistema capitalista: ser la fuerza que sustenta al capital.
Los trabajadores crean al capital, le dan plafón para la acumulación de su riqueza, pero el capital devuelve con agravios a la mano de obra. Eso se llama desprecio. Y ese desprecio deviene de una visión del otro – desde el empresario y sus secuaces en el gobierno como Milei – si se quiere, racista. Sí, racista. Es un ‘racismo laboral’ como existe el ‘racismo de la inteligencia’ que considera a los de otra clase social como brutos e ignorantes, también existe la categoría de ‘racismo laboral’ para quienes los trabajadores son ‘negros esclavos’ que no merecen ni necesitan derechos.
Al mismo tiempo, es necesario tener presente – digo para no ser ingenuos – que el sector empresario (en adelante el Capital) junto al sector de gobierno (poder estatal) no podría actuar como lo hace sin la connivencia del sector sindical (los que supuestamente ‘defienden’ al trabajador). De qué otra manera sino, Milei se daría el lujo de ensuciar a los trabajadores en el barro de la miseria si no fuera porque a más de un sindicato confederado le amenazaran con quitarles las obras sociales. Sin contar los ‘carpetazos’ que volarían raudamente entre los palacios de la Justicia (injusta y favoritista del poder) para callar sus voces. Los sindicatos (en general, salvo muy honradas excepciones) no defienden a los trabajadores, son cómplices de una red sinuosa de negociados cupulares que el trabajador no percibe porque se disfraza muy bien a través de marchas eventuales, generalmente ligadas a fechas históricas para plagar de discursos vacíos que hacen rémoras de pasados que no volverán y de dirigentes que se jugaron el pellejo por los trabajadores que ya han muerto. Ni siquiera sienten esa interpelación discursiva como una afectación a su propio cargo. ¿Para qué están allí entonces? Unos citan a Tosco, otros a Ubaldini, otros a Stella Maldonado, otros a Ongaro. ¿Por qué? ¿Qué representa esa cita? ¿Qué quieren decir con esos ejemplares de la historia sindical? Nada, solo apelar a la historia en un discurso vacuo porque ahora ellos están en ese lugar pero no se juegan para nada como los que citan. Pura verba.
Mientras tanto, Milei, Adorni, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, el mismo Luis Caputo se burlan de nosotros por ser ‘nostálgicos’.
Ellos nos gozan porque no tenemos cómo ni con quién defendernos.
Nosotros, los que enriquecemos al Capital, somos ingenuos. Rayanos con la estupidez, porque no solo no nos defendemos, sino que nos atacamos a nostros mismos con nuestra ingenuidad de caer en la trampa del veneno del odio que difunden los medios de colonización mental. Nos contagiamos del virus de la mentira que ya es una pandemia. Nos inflamamos de una bronca inmovilizante, que paraliza a los trabajadores.
¿No nos damos cuenta que los sindicatos tienen cada vez menos afiliados? Es fácil la cuenta: cada vez hay menos trabajadores formales, por lo tanto, menos afiliados. El monotributista no tiene sindicato. Los ‘Rapi’ tampoco. Los ‘influencers’ menos. Los trabajadores informales, ni qué hablar. De los trabajadores formales, solo un porcentaje mínimo se afilia porque los sindicatos han perdido la capacidad de afiliar porque han perdido la capacidad de luchar por sus trabajadores porque muchos han ‘tranzado’ o bien con el Capital o bien con el Estado. Allí están, para mostrárnoslo, las evidencias: 2 años de insultos y de miseria económica para los trabajadores y 3 paros generales. Salario mínimo, vital y móvil (un oximoron) de $ 313.000 y los sindicatos…bien, gracias por preguntar.
Del Estado nacional no se puede esperar más que violencia, así que no hay ministerio de trabajo, no hay paritaria slarial, no hay consejo del salario. Solo hay..negocios.
Sé que tildarán este posteo de pesimismo y derrotismo exagerado, pero si no lo quieren ver no es mi problema.
El problema lo estamos teniendo ahora y será mucho peor dentro de unos 2 años, cuando no existan más los resortes legales para constituir un frente de lucha o haya que derramar mucha sangre de nuevo para reconquistar los derechos perdidos.
El aviso está hecho.