Que vivan los estudiantes
La madurez del estudiantado que reclama urgentes soluciones al gobierno porteño provocó respuestas violentas y violaciones democráticas preocupantes por el nivel de impunidad y rechazo a la Constitución Nacional y el Estado de Derecho.
La madurez política de los estudiantes secundarios para pensar su presente y movilizar su razón es un valor que supera el contexto y abarca la discusión cultural – política de la sociedad. Se destaca su organización, solidaridad y el respaldo de sus familias, con una presencia sensible no vista desde 2001. Para los pensamientos inquisidores parece ser una amenaza cada vez que una lógica democrática los confronta y pone en evidencia sus negociados y abandono de la educación pública, que tanto encubren los medios hegemónicos de la derecha fascista.
La movilización y protagonismo de la estudiantina secundarias en CABA
La protesta estudiantil es un derecho constitucional y tiene rango de ley. El viejo recurso de la derecha de poner a la víctima en el lugar del victimario entra en un camino estrecho, oscuro donde sólo hace pie la mentira y la violencia.
La historia de nuestra patria nos recuerda las luchas estudiantiles y en estos días se cumplieron 46 años de la trágica Noche de los Lápices, el 16 de septiembre de 1976, cuando un grupo de jóvenes militantes secundarios fueron secuestrados en la ciudad de La Plata por la policía de la provincia de Buenos Aires. Eran los primeros meses de la dictadura cívico militar.
Entonces los estudiantes reclamaban y obtuvieron el Boleto Estudiantil Secundario. De aquellos estudiantes, aún continúan desaparecidos: Claudia Falcone (16 años), Francisco López Muntaner (16 años), María Clara Ciocchini (18 años), Horacio Ungaro (17 años), Daniel Racero (18 años) y Claudio Acha (18 años). Otros como Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz, también secuestrados, son los únicos sobrevivientes.
Vale rescatar; en homenaje a esa lucha estudiantil, a semejante tragedia, a la memoria en defensa de los Derechos Humanos y del Estado de Derecho, ese día16 de septiembre es el Día Nacional de la Juventud, Ley 27.002, vigente desde 2014. En nuestro país, por Ley, los jóvenes pueden votar a los 16 y 17 años en las elecciones nacionales.
La ocupación de las escuelas de los estudiantes secundarios de CABA tiene largo historial. Lejos de ser un acto espontaneo, acumula causas; pruebas irrefutables de una razón impunemente ignorada por el gobierno porteño y los tan bien pagados medios masivos de la derecha.
Los centros de estudiantes difunden sus reclamos nunca escuchados por el ministerio de Educación de la ciudad. Los respaldan cooperadoras, docentes, gremios de la educación, defensoría del pueblo de la ciudad, el CELS, entre muchos otros organismos que funcionan dentro del Estado de Derecho, encuadrados en el mandato constitucional. Y los padres con un respaldo y significativa presencia.
El jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta rechazó el diálogo para zanjar ese conflicto, ratificó las sanciones contra las familias que apoyan a sus hijos y advirtió que «vamos a ser inflexibles». A Larreta le inquietan los reclamos estudiantiles y responde muy lejos de lo básico de la educación cívica; los derechos humanos. Declaraciones de derechos y obligaciones. Tipos de normas. ¿Para qué sirven las normas? La Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos como marco constitucional.
«Nosotros queremos hablar y nos responden con violencia, la violencia no es la solución sino el diálogo”, respondieron los referentes estudiantiles.
Rodríguez Larreta se refirió a los estudiantes como “extorsionadores”, “intensos” y “agresivos”. Lejos de la razón y embutido en una pulseada presidencia en JxC, vinculó a los estudiantes con “grupos pseudo mapuches”, y los comparó con “la extorsión del sindicato del neumático” y con “el kirchnerismo que intenta anular las PASO”. “Es todo lo mismo”, resumió. Larreta imputa a los estudiantes criminalmente, y a los progenitores.
Larreta apela a la criminalización de la protesta estudiantil; notificaciones a las familias, entregadas por efectivos de la Policía de CABA, acoso de vigilantes de civil rondando en autos sin patente y buscando amedrentar a los estudiantes.
Padres solidarios con sus hijos fueron amenazados por una pareja de «vecinos», en las puertas de la toma del Normal Superior Lenguas Vivas.
“La escuela no ha perimido, ha cambiado. No se ajusta más a los cánones liberales y es un reservorio de demandas y de nuevos sujetos. Esa es la razón por la cual la política de la derecha argentina, que desde que Mitre fundara los colegios nacionales apostó al control ideológico mediante la educación pública, apunta ahora a su destrucción.” Adriana Puiggrós, Historia de la educación en la Argentina VIII.
Piden viandas con calidad nutricional, o sea, algo más y mejor que una feta de queso y paleta –muchas veces rancio o directamente en mal estado- que ya generaron intoxicaciones. Un ejemplo; desde la Escuela de Música «Juan Pedro Esnaola» aseguran que cuentan con un sandwich de paleta y queso, que habitualmente llega congelado, y frutas, que casi siempre se encuentran en mal estado.
Insisten por mejoras en la vieja y sin mantenimiento infraestructura edilicia de una mayoría de establecimientos. Abundan denuncias de techos que se vinieron abajo, les pibes heridos y otros salvados de milagro. Los problemas eléctricos, de calefacción en invierno, de humedad y espacio no puede sorprender a esta altura.
Las escuelas, la educación pública en CABA tiene un presupuesto precario, pierde a la hora del reparto entre las vereditas porteñas que se hacen, deshacen y se vuelven a hacer.
Reclaman la eliminación de prácticas laborales obligatorias y no remuneradas en empresas, destinadas a quienes cursan el último año de secundaria. Sobre el tema se van conociendo denuncias: alumnas enviadas a limpiar baños de un reconocido hotel sufrieron acoso sexual.
La novedad de la estudiantina es su batalla cultural por el derecho humano a la educación en todos los aspectos de la salvaguarda de su condición humana. Sin duda es una acción política, un ejercicio democrático de quienes son la argamasa de nuestro futuro. A la derecha le inquieta este movimiento y vacío de argumentos democráticos apela a la amenaza, a una chapuza odiosa, al miedo con servicios que van a domicilios de padres y amedrentan a los alumnos. Se le suma el odio sin cabeza que se aposta en su grito despreciable a pibas y pibes que militan su derecho. Se escuda en la maquinaria totalitaria de la derecha comunicacional, secuestra y desaparece la verdad.
Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Julio Cortazar, “Carta de una señorita en París”.