Martillo o Yunque
Por Mate amargo
Nuevas medidas “de cuidado”, entre la comprensión y el sacrificio de gran parte de la sociedad y la provocación criminal de la oposición que convoca a la desobediencia. Cara y cruz de la realidad política nacional. El escenario de la muerte desnuda el repugnante desinterés por la vida que asume en su golpismo diario la derecha representativa del poder económico.
El libreto se reescribe a diario sobre un violento montaje de ignorancia que se inyecta política y mediáticamente desde el manual del modelo socio cultural neoliberal.
El ripio informativo ofrece su sangriento informativo; mientras la potente maquinaria mediática de la derecha oculta el nuevo escándalo de Pepín, suena más a criminal que a payaso, constituye portadas escandalosas como el llamado a la desobediencia de Patricia Bullrich ante la nueva etapa de cuidados puesta en marcha por el gobierno, para bajar la trepada mortal de infectados de Covid y la veloz trepada de fallecidos. La mascota del bandolerismo del poder económico desborda de insensatez con el redoble mediático, la acompañan otros bufones malignos que aprovechan la falta de respuesta política e institucional dentro del estado de derecho, por parte del gobierno nacional; Viviana Canosa, corre como un jinete sin cabeza sembrando odio por doquier y ahora grita que “el presidente nos tiene que agradecer que no prendemos fuego la Casa de Gobierno.” Burda, cínica y bestial la derecha mueve peones con desesperación cuando muchas causas judiciales comienzan a desnudar las operaciones políticas mafiosas, de espía, persecución judicial y golpismo mediático sobre la dirigencia política y empresarial del último gobierno de Cristina Fernández. Los lanzallamas para incinerar al gobierno de Alberto Fernández vomitan a diario con el principal objetivo de evitar la reacción de la alianza gobernante que discute profundizar su iniciativa política y replantear su comunicación de Estado.
Mientras el Estado despliega una inédita política sanitaria en la historia argentina, y sale al auxilio económico de los postergados y la herencia del saqueo y el endeudamiento producido por la derecha con Macri a la cabeza, el poder económico busca frenar y desdibujar su política de estado. Está en juego el Derecho Constitucional, la democracia de ficción y la profundización democrática, la movilización de las ideas para la distribución de la riqueza, sobre todo poniendo el cuerpo militante y la comunicación para una movilización de la discusión política que supere los estancamientos de la vieja política y sus representaciones burocráticas. Un solo y lateral ejemplo es el silencio de una parte del poder sindical, muchos que sostuvieron el proceso que trajo a Macri al gobierno, hoy hacen un silencio cómplice, el gremio de la Sanidad está ausente en la discusión que sólo sostienen los heroicos trabajadores de la salud. La historia de muchos de sus “referentes” históricos, enriquecidos hasta el hartazgo, deja en claro las asignaturas a sortear en el movimiento político y social.
La pandemia económica, el Covid-19, las operaciones de las grandes corporaciones operando políticamente, son un oponente gigante que no se puede destruir sin la conciencia y la organización popular. Está en debate y es necesario compartirlo; se trata de rearmar la lógica política cuando discutimos la necesidad de discutir una deuda ilegítima, y la legítima acción política soberana de imponer que el pueblo pueda comprar su alimento a precio justo y frenar el mafioso y salvaje ataque a la familia argentina.