Argentina

Lo viejo gobierna y lo viejo resiste

Por Omar López

Comunicador, conductor de Mate amargo

El gobierno se debilita producto del ajuste que no cesa.

La oposición deshilachada sigue comiendo amagues del oficialismo que sostiene iniciativa y desbarata la posible unidad organizada del adversario.

El cuento mediático hegemónico completa la sensación de estabilidad aunque más abajo en el infierno del país en sangre viva, y en los barrios del pobrerío los pobres se roban entre ellos.

La presión de los desahuciados aumenta  y secuestran la foto los medios del poder. Otros analistas y políticos solo ven y traducen lo que aparece en esas veredas transitadas en los viajes programados. El desbalance es grande; tan porque el robo a diario de la derecha que gobierna es gigante comparado con la fuerza “de choque” y la capacidad de interpelar, informar y organizar de esos conglomerados del desencuentro popular. A esta altura salta violeta con una pregunta: ¿es correlación de fuerza muy desfavorable –es cierto- o habrá que preguntar si también influye el pensamiento – enfoque- político  de la crisis; la propia, la vecina y el gobernante terrorismo económico político de una fusión de derechas en aumento al estado facho.

La procesión con velas y rostros cabreros y angustiados que congregó muchedumbres contra el tarifazo, extensivo a todos los demás despojos que somos víctima, cobro vuelo simbólico. Pero no transformó las condiciones materiales para debilitar la posición del gobierno que rápido dijo que no rebajaba y el gramaje del papel de las facturas.

Peor horas después cuando salta la planificada maldad de echar a los consumidores –gran parte de votantes de Mauricio y sus globos-de pagar en cuotas, y con intereses, las facturas. No se encendió la mecha. Las velas y la procesión quedo en la foto del gobierno como otro triunfo.

Aún no hace contacto la bronca resumida en la puteada nacional a MM…con una unidad que sin joda se baje a la zaranda popular; al entre decirnos, al ejercicio de la escucha, al argumento capaz de reconocerse en la mierda que brota entre tanto dolor ciudadano.

Hay experiencias de compañeras y compañeros que recorren barrios, realizan encuentros, se comparten interrogantes y discuten una unidad en medio de la discusión de cara a una sociedad revuelta de magullados y diversidad cultural y política frente al fenómeno que padecemos.

En medio de tan poco y de tanto por crecer muchos con la mejor intención llaman a pensar la desobediencia civil que promulga nuestra Constitución Nacional.  Es una idea maravillosa –que tiene muchas comienzos en todo el país, en los barrios fabriqueros- que algunos comenzaron colgándose de la luz, y no son pocos, a tal punto que en las empresas mal prestadoras de los servicios se hacen los boludos. Hay barrios populares del conurbano que la luz comenzó a cortarse varias veces al día y mucho más en la semana. Los barrios más pobres y con viejas “familias colgadas” reciben menos fluido eléctrico, para evitar que los generadores –viejos, obsoletos- exploten. Hay muchas otras desobediencias que podríamos producir en otras notas.

La desobediencia con los cuerpos en movimiento, sosteniendo una acción que implique el retroceso del Gobierno y cambie las condiciones materiales de la política para que no se repita el circo de los diputados oficialista disparando del recinto como ratas por tirante.

Es cierto que el gobierno mata y no es herido. Tan cierto como que los medios siguen engatusando a millones de ciudadanos (que ya empezaron a caerse del catre) tanto como las dificultades para instituir acuerdos que permitan sostener redes y producciones de comunicación al servicio del destino popular. La mezquindad política es tan grande como la ignorancia y agregar el cinismo; porque nadie ignora la gravedad del momento histórico y la implicancia en temas de comunicación.

Hay una red de medios alternativos que no tiene soporte de las estructuras que hoy buscan unir un frente opositor; la política de los amigos sigue su curso contaminante y es una tristeza ancha ver y escuchar el cuidado de las quintitas y la baja conciencia de la solidaridad que en este tiempo define futuro.

La desobediencia, sin duda, podría ser un cargador de subjetividad nacional contra la derecha vendepatria, una batería de enorme materialización de gestiones políticas para acciones de osadas combinaciones.

La política es la salida, la movilización de las ideas y la  intervención democrática en las militancias son necesidades de ayer. Nada nuevo aunque los viejos pragmatismos lo siguen impidiendo.

Que la jueza Cervini intervenga el PJ con Barrioviejo habla de la ventaja sostenida para la impunidad que aumenta el pueblo en acciones de volúmen que los acueste en la lona.

La intervención es embarrar la cancha, achicar los espasmos que empiezan a general la cercanía de la urna cuando los arrepentidos por derecha los castiguen, supuesta impresión de quien escribe.

Lo trágico a la hora del combate político cultural y territorial son las congeladas iniciativas para poner en marcha las marchas territoriales, las asambleas barriales, los comités de lucha y unidad entre vecinos, estudiantes, vecinos, comerciantes, y cada condenado ciudadano a la pobreza y a la obediencia debida a una cultura medieval.

Donde hay una necesidad, hay un derecho, donde hay una falta, se levanta un sueño que impulsa una transformación, y la memoria debe escoltar ese sufrimiento, ese ardor por resistir, esa voluntad para alcanzar la victoria.

 

 

 

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo