La Soberanía del Río Paraná (II)
Por Omar López
Luciano Orellano es el autor de un libro titulado La Argentina Sangra, y es una obra fundamental en este tiempo de disputa política ante el poder económico real, secuestrado por la industria mediática y totalitaria. Orellano investigó y nos ofrece una guía para la comprensión entre la ficción democrática que impone la derecha y nuestros derechos soberanos a la hora de ir a la batalla cultural/política por la soberanía política, económica y la justa distribución de la riqueza.
Orellano pone la mira sobre la Cuenca del Plata, de valor estratégico para la Patria de todes. Pedro Peretti, miembro fundador y militante del Manifiesto Argentino y del Movimiento Arraigo, exdirector titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), sostiene que hablamos de la soberanía del Río Paraná, clave si se pretende una política de Estado en la economía agraria con vista al corto plazo histórico. Peretti ofrece las fuentes que oculta la derecha económica local, socia de los poderosos exportadores, y aporta: “Son 3.500.000 km2 donde se siembra y despacha la soja y el maíz de parte de Bolivia y Brasil, más Paraguay, Uruguay y Argentina. Cinco mil barcos ingresaron en 2019 en esa cuenca y 2632 arribaron al polo exportador rosarino, desde donde partieron el 75 % de nuestras exportaciones. Los principales diez frigoríficos concentran más del 80 por ciento de las exportaciones. Casi todos con el mismo destino: el sudeste asiático. Dos de cada tres barcos que salen de nuestro país van a China. Ese destino, desde la década del 90 para acá, modeló a la Argentina agraria”.
En la nota original: https://mateamargo.org/veo-veo-la-riqueza-no-se-toca/, resumo la línea argumental sobre la batalla por la Soberanía de La Hidrovía del Río Paraná. Una asignatura pendiente en nuestra democracia que todavía convive con 500 leyes de la dictadura que favorecen el funcionamiento de las empresas extranjeras. Tan importante como YPF, y como los bienes estratégicos que tiene nuestra Patria y la derecha entreguista mutiló sistemáticamente. Es necesario recordar “que el achique y privatización del Estado” fue y es posible por la traición de las dirigencias políticas. Podemos repasar la lucha del senador Lisandro De La Torre, en 1935; una comisión investigadora del Senado de la Nación presidida por Lisandro de la Torre presentó un informe que contenía las conclusiones sobre los perjuicios que acarreaba para el país el comercio de carne con Inglaterra tras la firma del pacto Roca-Runciman.
El legislador no sólo acusó de fraude y evasión impositiva a los frigoríficos Anglo, Armour y Swift, sino que aportó pruebas que comprometían seriamente a dos ministros del entonces presidente, Agustín P. Justo: Federico Pinedo, de Economía y Luis Duhau, de Hacienda. contra la entrega. Durante una fuerte discusión parlamentaria, el 23 de julio de 1935, cuando un matón del Partido Conservador, el ex comisario Ramón Valdez Cora, atentara en pleno Senado contra su vida, hiriendo de muerte a su amigo y compañero de bancada Enzo Bordabehere. Sobran los antecedentes; el abandono y mutilación de la empresa de navegación del Estado argentino (ELMA), Dragado y Balizamiento, la empresa nacional de telecomunicaciones (ENTel), Aerolíneas Argentinas (AA), Obras Sanitarias (Aguas Argentinas), Gas del Estado, la Administración General de Puertos, Ferrocarriles Argentinos (FA), Vialidad Nacional (VN), Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF), privatización de los aportes jubilatorios, del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE), del Banco Hipotecario Nacional y del Banco Central de la República Argentina, de la intervención del Estado en el Trabajo y la Educación, el sistema de salud pública, las empresas de transporte y servicios eléctricos, las grandes obras y empresas hídricas. En el 2010, en Oriente Medio pagan hasta u$s2 millones por 70.000 toneladas de agua de río, y se puede buscar en los diarios cordobeses alguna nota olvidada que habla de funcionarios señalados de vender a Arabia a u$s17 la botella. También se puede buscar similar información en Río Negro, Misiones y otras provincias argentinas. En 2011, El Observatorio del Agua de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) le reclamaba al gobierno santafesino que investigue la presunta carga de agua del río Paraná a buques cargueros por parte de empresas cerealeras. Hay testimonios públicos como el realizado por el titular de la CGT-San Lorenzo, Edgardo Quiroga, quien denunciaba que las firmas agroexportadoras de la zona embolsan hasta 4 millones de dólares anuales sólo por la venta de agua a los barcos que operan en los muelles locales. Cuánto se cumple la Ley 13.036, sancionada en la Provincia de Santa Fe que prohíbe la venta a granel de fluido del río Paraná.
Hoy en la Hidrovía interviene una empresa holandesa, China, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Hay mucha guita en el agua, una estimación cuenta de nueve a diez mil millones de dólares anuales.
La Nación titula el martes 27 de abril 2021; Hidrovía: presión kirchnerista para estatizar un negocio multimillonario. La Hidrovía, por donde los poderosos grupos concentrados de la exportación mueven más de diez mil millones de dólares anuales.
Por la hidrovía navegan barcos enormes, barcazas rápidas y es mucho más que un canal de navegación, es la arteria marítima de un sistema de lleva y trae mercadería que cruza el río Paraguay y el Paraná. Los miles de esos enormes buques cruzan siete provincias argentinas. El tránsito de esas cargas es incalculable, y la palabra es justa porque nuestro Estado que deseamos se transforme en nacional y popular hasta hoy no puede controlar dicho drenaje de riqueza.
Barcos que cargan granos, producción automotriz y mucho más que permanece en la oscuridad de expedientes fantasmas que el poder real maneja a su frío antojo.
Hoy en la Hidrovía interviene una empresa holandesa, China, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Hay mucha guita en el agua, una estimación cuenta de nueve a diez mil millones de dólares anuales.
Cuánto de esto tiene que ver con la soberanía nacional. Seguro que mucho y sigamos otro cachito con el poder real. El periodista Sebastían Premici recordaba recientemente que la hidrovía se vincula, entre otras cosas a la gran concentración de las super poderosas empresas agropecuarias. La empresa COFCO (China Oil and Foodstuffs Corporation), una empresa estatal china, la más grande en su rubro. Sigue Cargill, el grupo ADM; Bunge, Cargill y Dreyfus. Aceitera General Deheza (AGD). Molinos, Oleaginosa Moreno, y Vicentín, que este lunes 26 de abril, el Banco Central de la República Argentina, suspendió su actividad exportadora. para operar en el mercado de cambios y realizar pagos al exterior, luego de que comprobara que mantiene pendiente de liquidación cerca de u$s140 millones en operaciones vencidas desde octubre de 2019. A partir de ahora, la empresa sólo podrá acceder para liquidar las exportaciones pendientes para regularizar la situación.
Vicentín es una pieza política clave para estudiar las debilidades y fortalezas del Estado en disputa, a la hora de intervenir en el mercado de estas empresas mafiosas. El asunto es complejo y entran muchas operaciones políticas, es mucho más que los pasillos políticos o el dato calificado, una cuestión son los dichos y la otra es el territorio oscuro de las operaciones del poder real.
Menem abrió la puerta y privatizó los puertos; de 22 puertos que hay en nuestro país, 20 están privatizados y los tienen estas mismas empresas, que tienen su propia terminal portuaria, son ellas las que concentran los granos, o los sub productos, y las que declara lo que tienen y cuanto exportan, lo mismo sucede con las petroleras y las mineras
Quién controla, cuál es la capacidad que tiene el Estado sobre lo que se exporta. Para controlar lo que pasa con el comercio exterior, puntualmente con ese corredor fluvial. En el conflicto con las retenciones nunca aparecieron.
La cuestión es la lucha por el poder real, la Hidrovía es una pieza testigo de esta larga batalla por torcer las condiciones que rigen el funcionamiento del sistema impuesto por el neoliberalismo.
La pandemia no da respiro, la derecha es parte de la violenta dinámica criminal de contagios y muertes en su escalada golpista contra el gobierno. La historia se juega hoy entre el valor de decisiones de carácter político sobre la soberanía económica y cultural. Lo contingente y necesario frente a la ambigüedad producto de relación desigual de fuerza y también de contradicciones notables, que promueven intereses y el acoso del poder real en los últimos setenta años.
Cómo disputar el poder, combatir el engaño, afirmar el criterio de verdad y acrecentar la intervención política popular. El rol de las fuerzas democráticas de la alianza del gobierno y el papel de los movimientos sociales, los espacios políticos sindicales, pensando en la acumulación, organización y para la confrontación política ante el poder real. No existe una lógica única, y es saludable lo heterogéneo. La energía social, hoy detenida por la pandemia no será liberada por las viejas referencias del movimiento popular, incluso del sindicalismo burocrático, tan cómplice en el fortalecimiento de la derecha económica. Más allá de la lucha ideológica, la discusión y disputa de posiciones, se impone la acción política que confronte al poder real y nutra de política e información veraz a la población. En pocos días hablaremos del Cordobazo, (29 de mayo 1969) una alianza política, obrero – estudiantil que anudó lo mejor del combativismo sindical y cultural, desmoronando la dictadura salvaje de los monopolios con el general Juan Carlos Onganía y el colaboracionismo sindical a la cabeza. En aquel tiempo se construía poder político desde las bases sociales, sindicales, se impulsaba una CGT de los argentinos que incluso se permitía debatir la vía al socialismo. Su Programa de Huerta Grande, (*) que entre sus primeros puntos reclamaba: Nacionalizar todos los bancos y establecer un sistema bancario estatal y centralizado. Implantar el control estatal sobre el comercio exterior. Nacionalizar los sectores claves de la economía:
siderurgia, electricidad, petróleo y frigoríficas. Prohibir toda exportación directa o indirecta de capitales. Desconocer los compromisos financieros del país, firmados a espaldas del pueblo.
El Programa de Huerta Grande sigue vigente. La Alianza del gobierno tiene un enorme desafío frente a la vieja lógica de la política en un presente donde los valores éticos son sepultados con la misma ligereza como impunidad. El diálogo es una necesidad y herramienta de la diplomacia política, y tiene corta vida sin proyecto y determinación política. El diálogo mayor con el pueblo, acordando, debatiendo, consultando, empoderando y movilizando, es una urgente constitución política que desborde los viejos límites de la ficción democrática impuesta por la derecha salvaje que gobierna el poder económico real.
*El programa de Huerta Grande (1 de mayo de 1968) Su primera publicación surge del congreso de La Falda en 1957 y son documentos elaborados con posicionamientos políticos de los trabajadores con el fin de hacer públicos programas respecto a demandas y síntesis de discusiones que la clase trabajadora proponía para esa época.
1. Nacionalizar todos los bancos y establecer un
sistema bancario estatal y centralizado.
2. Implantar el control estatal sobre el comercio
exterior.
3. Nacionalizar los sectores claves de la economía:
siderurgia, electricidad, petróleo y frigoríficas.
4. Prohibir toda exportación directa o indirecta de
capitales.
5. Desconocer los compromisos financieros del país,
firmados a espaldas del pueblo.
6. Prohibir toda importación competitiva con nuestra
producción.
7. Expropiar a la oligarquía terrateniente sin
ningún tipo de compensación.
8. Implantar el control obrero sobre la producción.
9. Abolir el secreto comercial y fiscalizar
rigurosamente las sociedades comerciales.
10. Planificar el esfuerzo productivo en función de
los intereses de la Nación y el Pueblo Argentino,
fijando líneas de prioridades y estableciendo topes
mínimos y máximos de producción.