La sed de los dioses
El agua recurso estratégico de América latina y el Caribe.
El presidente de Alberto Fernández señaló en la apertura de la Celac: «No permitir que la derecha fascista ponga en riesgo la institucionalidad de nuestros pueblos». Porque «La democracia está en riesgo», sostuvo el mandatario que a principio de este año 2023 y mientras se definían los temas estratégicos a discutir en la Celac, rubricó un acuerdo con la poderosa empresa estatal de Israel, Merkorot National Walter Co. El acuerdo permite a dicha empresa vinculada a la geopolítica de Israel producir una reforma estructural en la gestión de nuestros recursos hídricos, en la provincia de Río Negro, Catamarca, Mendoza, San Juan y La Rioja y su intervención en ciertas localidades costeras del Río Paraná.
Por Omar López
En la década de 1990 las potencias mundiales de la mano de poderosas multinacionales definieron su necesidad estratégica sobre el agua. La consideraron una mercadería sujeta a las leyes de oferta y demanda del mercado. Desde entonces a utilización del agua cotiza en los mercados de Wall Street, EEUU.
A principio de este año 2023 y mientras se instrumentaban los temas estratégicos a discutir en la Celac, el gobierno argentino rubricó un acuerdo con la poderosa empresa estatal de Israel, Merkorot National Walter Co.
El acuerdo permite a dicha empresa vinculada a la geopolítica de Israel producir una reforma estructural en la gestión de nuestros recursos hídricos, en la provincia de Río Negro, Catamarca, Mendoza, San Juan y La Rioja. Para los especialistas (*) en el tema, dicha reforma complementa e incluso supera anteriores reformas neoliberales como las implementadas en los años noventa cuando el entonces presidente Carlos Menem privatizó y desarticuló los servicios públicos de agua y cloacas. Una vez más se entrega la industria de extracción y transferencia de los recursos más ricos al capital privado conducido por las potencias extranjeras.
Sobre los antecedentes de la israelí Mekorot abunda bibliografía en los anales de la relatoría especial de la ONU, (Referencia Michael Lynk) en el caso por ejemplo de los territorios palestinos.
Mekorot tiene gran interés en el Río Paraná. En 2022 firmó con el gobierno nacional un memorándum de entendimiento; inversiones en infraestructura de agua y salubridad.
En el tratamiento previo entre los estados participantes de la Celac se destacan temas de gran importancia, como el Cambio Climático, entre otros centrales. Respecto a los recursos hídricos estratégicos hay un punto ciego.
Acuífero Guaraní
El Sistema Acuífero Guaraní (SAG), es el tercer acuífero de agua dulce subterránea más grande del mundo, con una superficie de 1.194.000 kilómetros cuadrados. Los científicos calculan que el SAG alberga aproximadamente 30.000 kilómetros cúbicos de agua dulce.
Su traza subterránea está bajo los territorios de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay y aproximadamente viven sobre ese acuífero 24 millones de personas.
En Argentina la superficie aproximada que abarca es de 225.424 km², Brasil tiene el reservorio mayor con 839.000 km2, en Paraguay la superficie aproximada que abarca es de 72.540 km², y 59.000 km2 a Uruguay.
En 2008 el Banco Mundial crea el grupo conocido como “2030 Water Resources Group”, con la participación de grandes multinacionales como Nestlé, Coca Cola, PepsiCo, AB InBev y el Banco Interamericano de Desarrollo. Poco tiempo después esta unidad de acción daría nacimiento a la Aqueduct Alliance [1], de las cuales participan actualmente las empresas Goldman Sachs, -que en 2008 ya denominaba al recurso hídrico como “el petróleo del siglo XXI”.
También integran la sociedad el grupo JP Morgan, General Electric y Shell, universidades, centros de estudios y ONG; Carbon Disclosure Project’s, Water Disclosure Project, Ceres, Columbia University, Deloitte Consulting LLP, Global Adaptation Institute, Global Water Strategies, Nanjing University, National Geographic, Pacific Institute, The Nature Conservancy, US Environmental Protection Agency, University of Michigan at Ann Arbor, University of North Carolina at Chapel Hill, University of Virginia, Water Footprint Network, World Business Council for Sustainable Development y Yale University.
Elsa Bruzzone, (autora de Las Guerras del Agua II: América, El Objetivo más Codiciado. Editorial Capital Intelectual). analizando la presencia de las empresas en la explotación del recurso en cuestión sostuvo: “en manos de las transnacionales apoyadas por sus respectivos gobiernos, se ha convertido en una mercancía, algo sujeto a la oferta y a la demanda del mercado, cuando tendría que ser un bien social, ya que es un bien que pertenece a la humanidad y tendría que estar al servicio de la gente” [2].
El Banco Mundial, socio de las multinacionales del agua, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) fueron adalides de la idea. De tal manera, los nuevos créditos para el sector agua se condicionaron a la privatización del suministro a favor de las empresas extranjeras y al abandono del Estado de sus obligaciones.
La historia de apropiación de nuestros recursos naturales tuvo etapas de resistencia y otras de retroceso. En el marco del fortalecimiento del MERCOSUR, en junio de 2004 se firmó el “Proyecto de Declaración de Principios Básicos y Líneas de Acción para el Sistema Acuífero Guaraní”.
Lo cierto es que el SAG fue declarado Patrimonio de la Humanidad y ningún país de la región puede fijar política de manera unilateral. La letra que fijan los imperios económicos parece ser más penetrante que la soberanía de los pueblos.
En el año 1998 los órganos gubernamentales de Brasil y Uruguay comenzaron a negociar con la OEA, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) y el BM para la ejecución de un programa de protección ambiental que finalmente se concretó en 2001 y se ejecutó entre 2003 y 2009. El “Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del SAG” (PSAG) contó con el financiamiento del GEF y su ente ejecutor fue la OEA. A su vez, participaron como instituciones asociadas o colaboradoras la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), el servicio geológico alemán y el Programa Asociado al Agua del Banco de los Países Bajos, el Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO, la Asociación Hidrológica Internacional y el Programa de Recursos Hídricos de la ONU.
Nuestro país tiene grandes asignaturas pendientes frente a la desigualdad de minorías que acaparan más del 90 por ciento de la riqueza y una mayoría empobrecida, excluida, sin agua potable, bebiendo agua contaminada en muchos casos y sin cloacas. Un estudio del Conicet revela que Argentina posee una gran diversidad de relieve, clima y patrones de drenaje. Esto provoca que, a pesar de la amplia disponibilidad de bienes hídricos con los que cuenta, los mismos estén distribuidos muy irregularmente en el territorio: en las regiones con red de drenaje menos desarrollada y escasas precipitaciones, la radicación de poblaciones y el desarrollo económico regional están ligados, la mayoría de las veces, a la disponibilidad de agua subterránea o al almacenamiento de aguas pluviales para usos determinados. Si las condiciones son apropiadas, se aprovechan los recursos a través de embalses y canalizaciones. El agua se utiliza, mayoritariamente, para riego (71%), luego para abastecimiento humano (13%), bebida de ganado (9%) y uso industrial (7%).
En la actualidad existen diversas amenazas sobre el SAG. Por un lado, la creciente contaminación ocasionada tanto por el avance de la frontera agrícola, la deforestación y la utilización de agrotóxicos en la producción de soja. Los estudios de la ciencia argentina revelan que se requiere mayor cantidad de agua que otros cultivos. Para producir un kilogramo de soja se necesitan 1.800 litros, a diferencia del maíz, por ejemplo, que demanda 900 litros. Paraguay, el noreste argentino y el sudoeste brasileño –zona del SAG– es una de las regiones más afectadas por este proceso.
Igual con la exploración en búsqueda de petróleo, a través de la técnica conocida como fractura hidráulica (fracking en inglés), e inclusive por posibles emprendimientos mineros en la zona.
En la Argentina, en 2010 había 12.520.826 hectáreas en manos extranjeras.
En junio de 2016 el presidente Mauricio Macri, a través del Decreto 820/2016 modificó la Ley de Tierras Rurales. Dicha ley, aprobada en 2011, establecía un límite de mil hectáreas para titulares extranjeros. Establecía además que no podían superar el 15% a nivel nacional, provincial y departamental. Por nacionalidad, además, no podía ser mayor al 30% de ese 15% es decir, personas de una misma nacionalidad no podían tener más del 4,5% de las tierras de un departamento, de una provincia o del país. En aquel momento se identificaron 50 distritos que excedían los montos permitidos, quienes fueron intimados a regularizar la situación. Este proceso fue suspendido por la aplicación del mencionado decreto de Mauricio Macri, que intentó ser justificado por parte del gobierno nacional mencionando el objetivo de promover la inversión extranjera. Este cambio de normativa elevó el número de tierras extranjeras a 17.000.000 de hectáreas, lo que representa el 18% de las tierras productivas en suelo nacional.
Ejemplos de las provincias donde se localiza el SAG.
Algunos de los propietarios en la provincia de Corrientes son: Forestal Argentina (Chile), Proyectos Australes (Chile), Petrolera Shell (Gran Bretaña, Holanda), Rigazio Giuseppe (Italia), Santa Isabel Rice (Italia), Anick Jacqueline Du Castel (Italia), Santa Tothier (Bélgica), Banco Comercial (Uruguay), Rogers Gabarro SA (Uruguay), Markus Bencke (Brasil), Cocoví SA (Islas Vírgenes Británicas), El Yaguarí (Islas Vírgenes Británicas), Adeco Agropecuaria (EEUU), Productos Tissué (Chile), Nordyfox (Uruguay), José Santinelli (Brasil, argentino naturalizado), Pentange SA (Bélgica-Argentina).[15]
Algunos de los propietarios en Misiones son: Celulosa Arauco y Constitución SA (Chile), Carlos H. Rosell Nusspaumer (Uruguay) y diversas empresas off shore que no pudieron ser identificadas.
Bases Militares
La presencia de fuerzas militares extranjeras en la región, destaca Mishel Nataly Santomaro Moscoso (2016): “Este recurso se ha convertido en un factor geopolítico de poder; el desarrollo económico, la industrialización, el crecimiento poblacional, la industria agraria, la deforestación y la contaminación, son factores que han vuelto el sistema hídrico cada vez más vulnerable y escaso, por lo que a futuro la problemática hídrica se convertirá en prioritaria dentro de la agenda económica y social de cada gobierno. El hecho de que sea un recurso codiciado a nivel mundial, plantea desafíos de seguridad para los países que lo poseen”.
Juan Domingo Perón habló de los recursos naturales estratégicos en la década del 50 y en su último gobierno. Todo un apunte para los asesores del gobierno en materia de soberanía nacional.
“Creo que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biósfera, la dilapidación de los recursos naturales. (…) Todavía ni siquiera existe un conocimiento mundialmente difundido acerca del problema planteado por el despilfarro del agua dulce, tanto para el consumo humano como para la agricultura. La liquidación de aguas profundas ya ha convertido en desiertos extensas zonas otrora fértiles del globo, y los ríos han pasado a ser gigantescos desagües cloacales más que fuentes de agua potable o vías de comunicación. Al mismo tiempo, la erosión provocada por el cultivo irracional o por la supresión de la vegetación natural se ha convertido en un problema mundial, y se pretende reemplazar con productos químicos el ciclo biológico del suelo, uno de los más complejos de la existencia”. (Juan Domingo Perón, Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, 1974).
La investigadora Elsa Bruzzone (3) recordaba en Mate amargo que en los años 2020 – 2030 más del 90 por ciento de la población mundial no tendrá acceso al agua potable y que aquel que controle el recurso controlará la economía y la vida del planeta.
Fuentes: [1] “En 2008, un informe de Goldman Sachs lo denominó ‘el petróleo del siglo XXI’. En él recordaba que el consumo se doblaba cada 20 años y que, en 2025, un tercio de la población global no tendría acceso al agua potable. Pocos años después se fundaba la Aqueduct Alliance, de la que formaban parte dicho banco, JP Morgan, General Electric, Shell o los gobiernos holandés y sueco, y cuyo objetivo era hacer frente común y compartir información estratégica” (Barnés, 2018).
[2] Elsa Bruzzone
Profesora de Historia. Especialista en geopolítica, estrategia y defensa. Secretaria del Centro de Militares para la Democracia Argentina. Fue asesora de la Secretaría General de UNASUR. Autora de “Manuela Sáenz: Amor y pasión del Libertador Simón Bolívar”; “Las guerras del agua: Un recurso escaso en peligro”; “Las guerras del agua: América el objetivo más codiciado”; “Las guerras del agua: América del Sur, en la mira de las grandes potencias “, y “Minería Argentina: la encrucijada.
[3) Nota de Elsa Bruzzone en Revista Mate amargo N 12 – Noviembre 2004 –Título Los dioses tienen sed.
Otras fuentes consultadas:
Alexandratos N y J Bruinsma (2012): World Agriculture towards 2030/2050: The 2012 Revision. Roma, Food and Agricultural Organization. / Arnold D (1996): La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión europea. México, Fondo de Cultura Económica. / Bruckmann M (2010): “La geopolítica del agua y los desafíos para la integración Sudamericana”. Comunicação & política / Cassia S (2016): Modelos de Gobernanza en Sistema del Acuífero Guaraní. La Plata, UNLP. / Intereses geopolíticos de los actores externos en el Acuífero Guaraní y la respuesta de los países del MERCOSUR, autor, Santomaro Moscoso, Mishel Nataly. / http://www.cemida.com.ar/conversiondocumentos/LAPROBLEMATICADELATIERRAENARGENTINA.pdf.