Agencia CHE

La discusión política entre Cristina y Alberto

No hay ceguera en la discusión política entre Cristina y Alberto.

Por Mate amargo

Vieja tapa de la Revista Mate amargo que guarda vigencia

Son visiones afectadas por intereses que están muy lejos de alinearse.

No es cualquier cruce de ideas y sería muy torpe pensar que son asignaturas pendientes desde el nacimiento de la fórmula presidencial, que unió la fuerza de un frente irreconciliable en muchos intereses políticos y económicos.

La discusión sostenida por una parte del oficialismo sigue amarrada al circuito cerrado donde la única lógica establecida es la que el poder real admite.

“Esto no es un problema de buenos y malos: es un problema de intereses y no tenemos que tenerle miedo a la palabra intereses”, sostuvo Cristina.

El debate abierto a la sociedad que propone el kirchnerismo es sobre la cuestión central y va para todos y todas.

Para Cristina el capitalismo hace rato “que se independizó de las ideologías”, sostiene que hoy se concentra en bienes y servicios y para la vicepresidenta el mejor ejemplo de esa eficiencia capitalista es China. Sostuvo también que las mayores inversiones del mundo se dan en ese país. “El capitalismo va donde gana y le conviene”, y de sobre pique Cristina apuró que “como peronistas, el capitalismo de estado no es ninguna novedad.”

La mirada de la vicepresidenta abre cuestiones sobre la discusión geopolítica del gobierno para afianzar el rumbo de la recuperación económica y fortalecer la gestión ante las presiones y limitaciones impuestas por Estados Unidos, el FMI, las operaciones de los poderosos grupos de inversión como BlackRock, el más poderoso grupo económico que opera sobre nuestro país.

En cada caso, los movimientos de acción en el contexto, de los mayores responsables del equilibrio de fuerza gobernante están limitados de modo diferente, por intereses distintos, con acciones de presión, operaciones mediáticas y movimientos de inteligencia internados en lo profundo de los nervios sociales, fuertemente sensibles por la mala vida que parece imparable, y funcionales a toda operación golpista del gobierno.

Cristina lo dijo sin vuelta, dejó en claro se trata de un debate determinante por cómo encarar el rumbo económico y político.  “La sociedad argentina ha sufrido en los últimos cuatro años; la plata no alcanza, no se llega a fin de mes y se registra un nuevo sector de trabajadores en relación de dependencia, pobres.”

Se puede producir una unidad táctica con diferencias tan profundas y que parecen insalvables ante una ultra derecha liberal poderosa que desborda de impunidad y desestabiliza desde adentro y afuera.

Cuánto pesa la determinación de construir poder real para sobrevivir al fusilamiento diario del mercado.

En gobierno, los contrarios enfrentados, hasta qué dónde están dispuestos a llegar en esa construcción junto al pueblo movilizado y organizado en la diversidad.

Sin duda hay tácticas atadas al objetivo principal, lo estratégico, y la pregunta es cómo y con quienes se puede sintonizar la idea de fortalecer al Estado y la calidad de movilización política popular para defender la idea de recuperar la iniciativa al poder real.

Cuánto pesan a esta altura, junto a la crítica constructiva y el fundamento de la visión – razón de época, la propuesta contundente de por dónde salir de la crisis y cómo poner límite al golpismo de la derecha económica.

A esta altura, parece en vano insistir en una comunicación capaz de argumentar, dirigir, organizar y por supuesto poner al desnudo el encantamiento de las serpientes mediáticas de la derecha que envenenan con tanto odio y falsedad a gran parte de la sociedad.

Al menos flota la pregunta si hay determinación política de poner en marcha una red interactiva, con acuerdos en el ancho, heterogéneo, laborioso y valiente espacio de la comunicación nacional y popular, que es bueno señalar, no nace y muere en una docena de comunicadores, sino que es un desafío de masificación con infinidad de formatos, identidades, construcción de mensajes y sentidos…Se trata de informar, comunicar, descubrir las operaciones, recuperar la historia y producir sobre la memoria de las identidades que como todo en la vida se transforma. La batalla cultural no tiene hilos conductores irrefutables, sobre todo en el presente donde gobierna lo falso por sobre lo legítimo.

Imaginar un gobierno con coraje para imponer sus principios no resulta visible. Tal vez se acerque a esa necesidad una unidad a medio camino para no seguir perdiendo el capital político del voto.

Por ahora la base de acuerdos por una unidad que contemple la necesidad de construir poder real para aplicar la supremacía de políticas de Estado con independencia y soberanía. Ese acuerdo estratégico no está en el presente.

Lo único real son las urgencias políticas. Hay gran pobreza, se pasa hambre en muchos y anchos territorios sociales y para aceptar esta herida, alcanza con cargarse de valor y salir a visitar la empobrecida realidad.

Los salvatajes de bonos, la actualización paritaria; las medidas para frenar en parte la pérdida brutal de los ingresos son una línea de fuga ante la emergencia, pero no reemplaza a la necesidad de imponer reglas de juego a los grandes grupos económicos dominantes, y es una decisión política, que cruza intereses poderosos, alianzas cruzadas en el espacio gobernante y de la oposición.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo