Agencia CHE

Escenario político, lo verdadero y lo falso. Desafío de saber de qué se trata

Por Omar López

El mayor acto revolucionario es sostener el pensamiento crítico, atreverse a elevarnos a la comprensión de nuestro ejercicio del pensamiento político.

En qué estante de ropa vieja quedó en la habitación de la clase política…el pensamiento crítico.

Cómo procesa una conducción política la dinámica de los cambios socio culturales en la rutina de vida que se desarrolla en cada barrio, en los territorios profundos donde se cruzan intensas asimetrías en la vecindad.

Las condiciones materiales; la económica y cómo transforma el entorno social, la forma y los tiempos de la organización familiar; en las tribus juveniles, en la escuela, club, (cuando los hay), en los centros culturales, cuando tiene una visibilidad en el barrio y una potente atracción.

Esa dinámica tiene su curso dialéctico, cómo, cuándo y qué novedad produce esa mutación invisible en los jóvenes, también en los principales cimientos que le quedan a los muy adultos, su resignación su abandono, y cómo afecta eso en la línea de contención de esa escala familiar.

Asistimos a transformaciones materiales impuestas por un modelo económico de asalto y degradación moral a las clases populares. La batalla cultural, ideológica en escala de contra replica política a la ultraderecha pierde potencia si dejamos de inyectarnos en la memoria, de recorrer sus pliegues profundos y sus rasgos sustanciales en la identidad social, en sus clases medias, medias bajas y sobre todo en la clase trabajadora, cruzada en un laberinto de estándares y centralmente en el pueblo marginado, empobrecido, arado a las fronteras donde se pierde la justicia y se muda el delito.

En estos tiempos –hablemos desde la llegada de Carlos Saúl Menem al gobierno- el poder real de la ultraderecha modificó su control social, el económico, el desinformativo, el ordenador de los sentidos más comunes sobre el que disfrazaba su principal intención, desarmar al opositor, transformar su mentira en verdad, en razón de vivir, y con ese engaño profundizar el ejercicio del secuestro del pensamiento que duda, que compara, que puede pensarse como pensamiento crítico. Lo cierto es que ese contexto explica la razón de la clase dominante, del poder real para aumentar su control en el ejercicio de usurpar leyes, estado, dominar el mercado, controlar su partido judicial y las cárceles, la prostitución y asociarse con el narco moderno, ese del lavado abrochado en asociaciones mafiosa a grupos económicos de inversión a su vez asociados con los accionistas de estos…En ese ejercicio citado debe indagarse un poderoso desmoronamiento de todos los estándares del compromiso social, la afectación en las organizaciones y sus identidades, en el alma de los movimientos territoriales, en sus laberintos donde se asientan las voces que expresan pensamientos, interrogantes y dolores.

Los aspirantes a un puesto en la lista de candidatos legislativos, cuánta información y calidad de procesamiento de lo que se habla, escucha, se desacuerda y se sintetiza en la corporalidad social que ese candidato dice representar.

Cuánto se indaga sobre el real nivel de las discrepancias, las distancias, las desuniones, La falta de acercamiento, la bronca latente que pica en el barrio. Hay quienes fomentan espacios donde “sea posible la conversación entre diversos, con otros que no piensan como nosotros, siempre es ventajoso…”, entonces el dirigente que propone a su candidato y el mismo aspirante a integrar la boleta electoral, cuánto conoce, cuánto ha descubierto en ese pueblo tallado de calles de dolores y destinos escondidos en un desierto de ignorantes, de vencidos, un desierto de espinas donde solo brota odio o el engaño para embaucar al otro en el viaje dramático del salvarse solo.

En el barrio las palabras se bajan de las ideas, y el mensaje no se distingue, y el destino es incierto. No se lee ni se escucha, dice una piba en la ferretería donde se recomienda y asesora sobre cómo armarse para defenderse de los pibes chorros.

Es cierto que la desinformación ahoga con su falsa realidad y los riesgos los cargamos a diario.  La realidad ha desaparecido de los títulos de las principales cadenas de noticias hegemónicas. La razón de tanto dolor e ignorancia está en el cementerio del poder real.  

La batalla cultural contra la ultraderecha en el poder no solo debe cruzar espada entre lo verdadero y falso, debe demostrar desenterrar las verdades, por ejemplo, quien gobierna, Discernir lo verdadero de lo falso, Apelando al militante, al maestro, al filósofo, Nicolás Casullo, vale insistir en dotar todo análisis de intención crítica, refundar ese ejercicio para superar los desarmaderos teóricos. Comprobar que existe agua en este desierto, y que podemos beber de esas fuentes de militantes que cruzaron pasados y recrearon presentes, que están en medio de la herida y no fueron escuchados. Ellos son portadores de evidencias humanas, de procesos ideológicos y culturales, de la mutación provocada por la derecha propia y la históricamente enemiga. Y ahí se encuentran combatiendo el hambre en los comederos abarrotados de nuevos pobres. Ahí están organizando en la oscuridad con los saberes y certezas exiliadas, pero están y comparten dolores y discusiones, advierten los rostros cambiados por el dolor, conocen el rumbo que toman los pasos cuando viajan sin idea ni contención. Llevan el reloj de las almas olvidadas y de su suicidio a cuesta. Esas compañeras en las ollas milagrosas, esas madres de los comedores, esas militantes que a diario hacen parir el milagro de sobrevivir. Y ellas, ellos saben cómo corre y cuándo se detiene el tiempo, saben porque están en esa rutina de la catástrofe social, son parte y entienden cuando es ahora y cuando paso la historia.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo

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