Agencia CHE

El horizonte infinito que se traga la Patria como un barquito de papel

Por Omar López

Así comenzaba Mate amargo el domingo 30 de noviembre iniciado el programa radial a las 23:00 en la AM 750 Somos radio.

La casa del viejo se sostiene acuchillada sobre las piedras negras en la última tierra costera de Mar del Sur, sesenta metros abajo la costa y el mar se revuelcan con el viento cruzado del sudeste. Arriba el viento pierde su enojo y apenas silba detenido por los gruesos ventanales. Al Este él horizonte y su convulsión de víboras azules.

El viejo de cara al mar, sentado frente al micrófono que apoya sobre la rayada y redonda mesa de algarrobo transmite que tenemos una clara mañana y el océano se cruza de trasparencias. Pausa, el viejo se calza las primeras palabras, diez grados, viento del sud a 40 kilómetros, el mar es transparente y en estos días nos deja observar su vientre. Como cada día de la mañana a la noche reitera que transmite desde la cima rocosa que guarda los restos de los dinosaurios hallados en 1834 cuando la familia Otamendi adquiría doce leguas cuadradas, cerca de 6 mil hectáreas, incluyendo el territorio que actualmente ocupa el Partido de General Alvarado.

Su voz se suelta ante el horizonte infinito que se traga la Patria como un barquito de papel, sus palabras con espinas traducen los dolores del país en el hospicio. El viejo se pregunta sobre la declaración de un político que llama a reconstruir un sentido común que no esté gobernado por el miedo. Y suelta sin vergüenza su duda: cómo se hace eso, por dónde comenzar a producir el reencuentro entre tantas soledades y exilios individuales. Quiénes y cómo son responsables de haber llegado es este extravío colectivo.

El viejo piensa en las palabras en cautiverio, esas que se quedaron atrapadas en los territorios de las emociones perdidas, recuerda y dice que hubo muchos intentos de las derechas invasoras y sus dictadores que primero destituyeron el horror ante la muerte para gobernar su saqueo ante los cuerpos detenidos.

La mañana transcurre entre su monólogo y viejas canciones que hablan de libertad y sueños compartidos, el mar duerme, la Patria parece que aún respira y espera la ola brava que arrase la costa de todos los entreguismos.

De pronto el viejo recita, un poema de Gabo Ferro “…y a volver, y a volver, y a volver…y yo me iré como el humo al aire que no podrá volver. Me haré un tornado dulce, un perfume, una piel, seré mi propio padre y así voy a aprender que irse volver a volver”.

Tema sugerido por Mate amargo para acompaña este relato

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo

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