El gobierno bonaerense navegando por la soberanía mercante
El plan estratégico denominado “Clase Magdalena” comienza con el proyecto del histórico Astillero Río Santiago, (ARS), apostando a la producción de una flota de buques propios de buques graneleros. El plan forma parte de una línea logística de autodefensa de nuestra soberanía naviera para la recuperación del transporte fluvial nacional. Es un trabajo conjunto entre el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN), el ARS, y la asistencia académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Buenos Aires, (FIUBA). El buque granelero “Clase Magdalena” es un buque con una eslora total de 220 metros, propulsión a diesel y tendrá capacidad de transporte de granos, carbón y minerales en sus siete bodegas especialmente acondicionadas. El proyecto tiene en cuenta las características de las vías navegables argentinas y las dimensiones del futuro Canal Magdalena, lo que permitirá optimizar la capacidad de carga y disminuir los costos logísticos. La iniciativa surge en un contexto en el que el 80% del comercio exterior del país se realiza a través de la Vía Navegable Troncal, que es transitada mayormente por buques graneleros, fundamentales para el sector agroexportador. El país pierde entre 5 y 7 mil millones de dólares por no realizar el flete en bodega propia. En nota anterior en Mate rescatábamos la opinión de Pedro Peretti, miembro fundador y militante del Manifiesto Argentino y del Movimiento Arraigo, exdirector titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), sostiene que hablamos de la soberanía del Río Paraná; “Son 3.500.000 km2 donde se siembra y despacha la soja y el maíz de parte de Bolivia y Brasil, más Paraguay, Uruguay y Argentina. Cinco mil barcos ingresaron en 2019 en esa cuenca y 2632 arribaron al polo exportador rosarino, desde donde partieron el 75 % de nuestras exportaciones. Los principales diez frigoríficos concentran más del 80 por ciento de las exportaciones. Casi todos con el mismo destino: el sudeste asiático. Dos de cada tres barcos que salen de nuestro país van a China. Ese destino, desde la década del 90 para acá, modeló a la Argentina agraria”.
La fabricación del “Clase Magdalena”, es un primer paso de complemento al dragado del Canal Magdalena, un paso estratégico que conecta puertos fluviales con los marítimos de nuestro país, sin necesidad de salir por el paso uruguayo. El proyecto del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, retoma la línea política de la soberanía marítima, asegurando el transporte y el multimillonario costo de los fletes. El plan recuerda los tiempos de la Empresa de Líneas Marítimas Argentinas, (ELMA), que sostuvo nuestras rutas de navegación internacional, que en tiempos del neoliberalismo menemista liquidó a precio de remate su enorme flota. En el presente, la mayoría de los buques son de bandera extranjera y el negocio multimillonario es manejado por varias naciones vinculadas al tráfico granelero, petróleo, etc. Desde la destrucción de nuestra línea de bandera –como ahora intentan otra vez con Aerolíneas Argentinas – en los años ochenta, ya no se fabrican buques de gran porte en nuestro país.
