El debate sobre las ideas e intereses político
Por Omar López
La vieja derecha, cínica y bestial está a pleno con su plan golpista.
Son el poder económico, los que saquearon y endeudaron al pueblo.
Inyectan odio y antiperonismo. Detrás de la máscara opositora están ellos, movilizando a esa parte de la sociedad aplanada de ideas, junto a muchos nuevos pobres que reclaman al gobierno por sus necesidades urgentes.
El gobierno debe ampliar la mirada ante las necesidades apremiantes; no sólo LA IMPORTANTE ayuda económica en medio de semejante pandemia, intervenir con carácter y solución política en el costo de los alimentos. Urge implementar una comunicación de cara al pueblo, con articulación del Estado, más allá del esfuerzo de un puñado de medios plurales.
La alianza del Frente de Todos y su unidad en la diversidad de ricas experiencias en la autodefensa antineoliberal debe alcanzar una presencia política y social en este nuevo escenario y con fuerte carga de iniciativa política con el gobierno presente.
Las convicciones democráticas son la contracara al nuevo espíritu fascista que el poder económico busca implementar. Pero esa convicción democrática también debe ser implacable contra quienes vulneran los principios constitucionales, quienes amañan a la justicia y operan con sus servicios de inteligencia. Hay que desnudar la maquinaria mediática del engaño, la producción de noticias falsas que funcionan en red de inteligencia con el poder económico.
La historia continental es amplia y nos enseñan los errores. El tiempo corre y se necesita alinear la acción política.
La comunicación popular requiere carácter político, ingresar a la batalla donde se cruzan los intereses, y reclama una política de estado con capacidad e iniciativa de llegar con las evidencias sobre las noticias falsas, para desestabilizar el proceso democrático que votó mayoritariamente el pueblo. Se trata de llevar el enfoque y la discusión donde la sociedad padece.
Los observatorios sobre el proceso político de crear noticias falsas con la finalidad de desconocer la verdad de lo que sucede es una buena intención, y queda en el rincón de la inacción si no se masifica con la militancia desde la determinación política de desenmascarar la derecha golpista. Poner al desnudo su plan de operaciones y mostrar los intereses en juego.
