Detrás de los mascarones de la derecha
La ultra derecha cría monstruos que resultan funcionales en una parte de la sociedad más joven y los apuntala con la intención de ocupar todos los casilleros de la batalla cultural por el poder político, mientras las fuerzas democráticas están lejos de anticiparse a los procesos de construcción de sentidos, saberes e identidad de los jóvenes. Un ancho territorio intervenido por la cultura dominante, que produce sujetos marginales al pensamiento crítico, a los interrogantes básicos sobre lo que se ve y lo que existe detrás de la figura discursiva; intereses básicos en los cuales por debilidad, incapacidad y abandono de la inteligencia política la democracia no logra intervenir.
Javier Milei y José Luis Chilavert están en oferta en las poderosas tiendas de todo por dos pesos de la industria mediática del poder económico. Son fachos sin pudor, barnizados con una oratoria dura, vehemente contra “los populismos”, las ideas de izquierda, la participación popular en la unidad de la diversidad; en concreto contra todo lo que despabile sobre las intenciones del que tiene el punto y la banca. La cosa pasa por más vacío de pensamiento político, aplanar, indignar, violentar la maltrecha democracia que perdió la justicia y la moral.