De bolsas mortuorias y bolsas fugadas con 44 mil millones de dólares
Por Omar López
La decisión política de iniciar una querella criminal contra exfuncionarios del gobierno neoliberal de Cambiemos, responsables de una operación de endeudamiento de más de 44 mil millones de dólares, -que paga el pueblo con hambre y miseria – con el aval del FMI y del ex presidente del imperio Donald Trump, es la intención más clara de recuperar carácter e iniciativa política ante el poder económico real. La decisión de la alianza del gobierno del Frente de Todos es un eje central junto con la reforma de la Justicia.
La acción política es compleja y requiere rearmar capacidades y compromisos del ancho espacio de la alianza, no solo con sentido movilizador, sobre todo con la intención de sostener y clarificar la oscura trama del saqueo y quiénes son los ocultos beneficiados de semejante endeudamiento y fuga de capitales.
El discurso presidencial ante el Parlamento ofrece muchas lecturas, y sin embargo resaltan que el presidente no se lanza solo a su cruzada democratizadora para recuperar la autodeterminación política y económica.
El corto plazo político dirá cuánto poder se acumulará para esta nueva y necesaria batalla. Varios frentes se ponen en escena; la relación de fuerza parlamentaria con mayoría oficial en el senado y una fuerza propia ajustada en diputados. La alianza y los acuerdos en el marco del diálogo del gobierno por sostener esta apertura determinante.
El endeudamiento externo históricamente promovido por las clases dominantes es tan viejo como su sistema de dominio político y social. Hay antecedentes y valiosa jurisprudencia. Tal vez se pueda popularizar la información sobre el comportamiento de los grandes comandos del poder económico para saquear la República, desnudar la oscura trama mafiosa y los mecanismos de su funcionamiento estructural. El mecano mafioso es desconocido por una sociedad distraída en una brigada de intérpretes del odio que se enmascaran como el frente opositor, aunque el ejecutor real sigue en las sombras y mueve los hilos de un relato siniestro y golpista.
Asistimos a la apertura de una lucha por la verdad y la justicia que define la profundidad democrática. Tal vez y salvando la distancia del juicio a la Junta Militar, ejecutora del mayor genocidio de la historia argentina, sea un antecedente para imponer un Nunca Más al terrorismo económico de las clases dominantes.
Ayer, el presidente tocó un nervio del poder económico. Ahora vendrá la reacción, de la Corte adicta, del colaboracionismo político de adentro y afuera del gobierno, del comportamiento del complejo mosaico de intereses de los jerarcas sindicales, hasta ahora en silencio de radio. Y sin duda la comunicación hegemónica que es el brazo armado del poder real.
La pandemia está lejos de la retirada, sigue amenazante como la vieja cultura política y todos los controles sociales culturales sobre una sociedad que aún no advierte la tragedia universal y poco despabila ante el drama nacional.
Las medidas anunciadas ayer por el gobierno tienen un marco geopolítico, y un desafío cultural y de comunicación desde las fuerzas populares y el conjunto social.