Recolectando mentiras
Por Omar López
Diego y Juan bufan a la par del camión recolector, atrapan la bolsa de basura, como sortija del pibe en la calesita. Veloces, certeros y en horario mientras desperezan los perros. Paran y juntan desperdicios desparramados por un perrito hambriento.
Juan reconoce que hay menos basura, pocas bolsas. Diego junta unas latas, botellas y comenta que la única basura que crece son estos chorros que votamos.
Mamadera grita Juan y encuentra un gatito muerto. Lo guarda en un baldecito rojo y confiesa bajito, dolorido; “nos están matando guacho, nos hacen mierda y encima hay muchos boludos que todavía se la creen”.
Juan revolea tres bolsas de emboquillada al camión que rumbea mar adentro del barrio; “Seee, son todos narcos, y encima nos boludean con este pelado que ahora reconoce que le pagaron 200 mil dólares”. Diego se caga de risa y su boca avisa que se perdieron todos los dientes; “no me digas que te crees que fueron 200 mil verdolagas, jaaa, ¿cuándo los narcos te dan un recibo por la guita ponen?”.
El mionca traga bolsas de basura y los pobres vomitan las mentiras.