La Anónima y su historia sangrienta
Qué hay detrás de la frase del CEO, Federico Braun; “remarcamos todos los días” ante la inflación.
Por Omar López
En el Foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Federico Braun, heredero de la cadena de supermercados La Anónima, aseguró entre risas que “remarcamos todos los días” ante la inflación.
El ingeniero Federico Braun Menéndez, actual CEO de la compañía, nieto y biznieto de los fundadores, José Menéndez y Mauricio Braun, 1908, iniciando con almacenes de ramos generales, estancia y una flota naviera propia que sostienen hasta mediados de la década de los sesenta.
Entonces, mediante venta de sus campos usurpados a los pueblos originarios, liquidación de inmuebles, transforman los almacenes de ramos generales en supermercados de autoservicios. Finalizando 1979 se unifican capitales y el paquete accionario se concentra en la familia Braun, liderando el rubro del supermercadismo en la Patagonia.
Federico Braun; En 2020 fue incluido en el Ranking Forbes Argentina de los 50 argentinos más ricos, entonces con US$ 320 millones. El CEO asume el comando de La Anónima en 1978 cuando el terrorismo de Estado cívico militar estaba en su mayor producción criminal.
Federico Braun es heredero del genocidio contra los pueblos indígenas de Tierra del Fuego, su riqueza flota en la sangre nativa.
“La jaula de los Onas”, del escritor argentino Carlos Gamerro, una novela que desde la Literatura nos permite adentrarnos en la historia de la conquista de la Patagonia y Tierra del Fuego.
José María Menéndez Menéndez * fue conocido como el rey de la Patagonia, pues gestó una de las fortunas más grandes de la región por medio de la crianza de ovejas, el comercio y la industria naviera. Controló grandes extensiones de tierra en Chile y Argentina. (*)
Tráfico de plumas y pieles silvestres con los indígenas tehuelches.
Exportación e importación comercial con Europa. La caza de lobos, establecimiento de venta de artículos navales y ferretería hasta abarrotes, ropa y calzado.
Desde 1880 Menéndez diversificó su capital y se extendió a la crianza de animales. Con ello el español inició la concentración de propiedad en la Patagonia:
Adquirió la concesión de arrendamiento de 300 hectáreas a la Gobernación de Magallanes y en 1879 fundó la Estancia San Gregorio.
Compró 60.000 hectáreas en Tierra del Fuego, ubicadas al sur del río Grande, y creó en 1896 el establecimiento «Primera Argentina». Un año después compró tierras ubicadas a 15 kilómetros al noroeste de la ciudad de Río Grande y formó la estancia «Segunda Argentina».
En 1903, adquirió las tierras adyacentes a bahía Gregorio sobre el estrecho de Magallanes, con lo que se convirtió en dueño de 430.000 hectáreas sólo en la isla Grande de Tierra del Fuego.
Ingresó al aprovisionamiento de naves e inició sus actividades comerciales navieras. En 1892 obtuvo el vapor «Amadeo» y aumentó progresivamente su flota marítima.
Su creciente expansión lo enfrentó con los selk’nam, y al igual que otros estancieros impulsó agresivas prácticas contra ellos, que contribuyeron al exterminio de esta etnia. Desde 1890 realizó también otros emprendimientos: Compró la mina Loreto a Agustín Ross. Creó la grasería y manufacturera de carne envasada en la gran factoría de José Menéndez, precedente de la Compañía Frigorífica de Tierra del Fuego S.A.
Aumentó su flota marítima, estimuló la creación de rutas y carreteras en el sur.
Organizó instituciones bancarias.
Participó en la conformación de sociedades: En 1893 adquirió el 15 % de las acciones de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego constituida por su yerno.
En 1910 formó la Sociedad Anónima Ganadera Menéndez Behety integrada exclusivamente por el grupo familiar. Sus ovinos se distribuyeron en una superficie de 1.028.000 hectáreas en Chubut, Tierra del Fuego y en Santa Cruz. Sólo en este último territorio poseyó 660.887 hectáreas.
La Asociación de Empresarios “Argentina”, (AEA), la integran un reducido y poderoso grupo de empresas, grandes firmas donde destacan Clarín, Arcor, Techint y La Anónima, entre otros dueños de la estructura económica nacional. Son una parte de ese 1 por ciento de los poderosos que controlan casi el 60 por ciento de la riqueza universal.
(*) Los pueblos que poblaban originalmente Tierra del Fuego, por ejemplo, el Canal Onashaga (Canal de los onas) esel nombre que le daban los yaganes al hoy conocido como Canal Beagle. Incluso, evita términos despectivos como “indios” y utiliza los correspondientes: selk’nam, kawésqar, u originarios, entre otros. El autor tiene claro que fueron los expedicionarios blancos que invadieron Tierra del Fuego, quienes impusieron sus creencias y costumbres violentamente por medio de maltratos y asesinatos (sin olvidar el rol jugado en el genocidio por las enfermedades que aquellos trajeron a la zona). Los invasores consideraron a las comunidades fueguinas como seres no-sintientes e incivilizados, despreciando consecuentemente su cultura. Masacres llevadas a cabo por los invasores, principalmente, entre 1870 y 1930. Por ejemplo, el libro comienza con una fotografía de la cacería humana de la que fueron víctimas los selk’nam: un joven yace en el suelo asesinado a tiros mientras cazaba. A lo que se suman otras crueldades e injusticias como los zoológicos humanos, diversos engaños, abusos de poder y esclavitud, violaciones sexuales, entre otros hechos.