Decir y Hacer
Por Omar López
El ganar o perder el gobierno en el 2023 no responde en exclusivo a discutir diferencias sobre el plan económico, la inflación, la negociación con el poder real que no abandona un segundo su golpismo diario.
La cuestión es más compleja y encierra una vieja construcción cultural y política de muchas referencias que cruzan sus intereses en la discusión sobre la unidad y su destino.
Una de ellas puede verse en Emilio Pérsico, histórico dirigente del Movimiento Evita que insiste en señalar que “muchos compañeros oficialistas son opositores. Me parece que juegan para los amarillos.” No se trata de Pérsico en primer plano, es más oscura la cuestión; en estas horas el polémico ministro de Seguridad, Sergio Berni volvió a disparar a boca de jarro: “El que trajo el borracho, que se lo lleve”, en relación al Presidente Fernández y a Cristina que lo eligió para ser candidato. Pero si faltaba algo más para operar por derecha, Berni, con los portales abiertos de la derecha comunicacional, dijo: Javier Milei y no descartó una alianza con él: “Me cae muy simpático, me parece muy inteligente”. Las ideas tienen destino; van a la derecha, al centro o a la izquierda. Las ideas viajan con un destino de interés indisimulado, y el poder real lidera el invicto del tratamiento impecable, maligno de su utilización, porque se trata de ocultar la verdad, poner los espantapájaros para el consumo popular y quitar de la cancha lo ideológico, el interés primario.
Milei, inteligente o de pobreza intelectual, no es el tema. La cuestión es la operación que encabeza por quienes lo utilizan como mascarón del barco de carga facha navegando el odio, la violencia discursiva, el amague sobre las cuestiones centrales, sobre todo, quién es el responsable de tener tanta pobreza, tanta deuda, tanto bandolero aumentando precios, las operaciones de los dueños de la economía, trasnacionalizada en casi un 90 por ciento. De paso digamos, viejo tema el de la apropiación de la riqueza, el manejo monopólico de la economía, la interacción con los grupos financieros dominantes de afuera y dentro.
Ojalá fuera un problema sólo con raíz en la Sociedad Rural y su histórico cuatrerismo sobre las tierras de nuestro pueblo originario, de sus matanzas, desde la “Conquista” del Desierto, pasando por la Patagonia Rebelde, alcanzando el Terrorismo de Estado, con el golpe de 1976 y el nieto de aquella sociedad rural, José Alfredo Martínez de Hoz, como ministro de Economía del terrorismo de Estado, herramienta sangrienta con 30 mil desaparecidos para imponer la base de este plan de dominio económico de las castas dominantes, esas castas que Milei, Berni, Pérsico no tocan en su gambeta discursiva. El poder con piedra libre. Milei pide poder comprar armas y tirar a matar. Todo marcha como línea de fuga. Lo cierto es que no se discute lo escencial. Cómo se desarma la derecha en toda su maquinaria de dominio: cómo y con quiénes quebrar la mentira, liberar la verdad, poner en marcha el carácter liberador de un Estado unido en una alianza de gobierno con la determinación de ejecutar políticas, confrontar, exigir y concretar que respeten el rango constitucional.
Una cuestión es discutir esta Corte Suprema mercenaria y ejecutiva de las necesidades del bandolerismo económico, y otra muy distinta es movilizar la razón de autodefensa constitucional de un gobierno democrático. Por ahí organizar la lógica de la recuperación del eje de una acción de fuerza potente, organizada y sobre ella ir acomodando la discusión, en especial sobre ese comprobante que ofrece el ejercicio de la realidad práctica.
El asunto es mucho más complejo de las declaraciones de Emilio Pérsico, que jamás reconocerá los negocios que hicieron con el macrismo y su relación con Carolina Stanley, con los planes. Pérsico dijo, “Prefiero hablar con Vidal que con Cristina” y su segundo vocero, Navarro carga contra la vice presidenta; “antes de escuchar a Cristina prefiero poner Nétflix”. Pobreza, e intereses a la hora de desmenuzar la unidad para que no tenga potencialidad y la rica diversidad de discutir ideas con la lógica de romper el orden cerrado impuesto por la cultura política dominante. No es un temita, es un eje central, porque en ese tratamiento también caen las múltiples deconstrucciones de la ética que según parece algunos la tiraron al pozo ciego.
En el medio corren las urgencias; los barrios populares con descontento y apretados a la hora de poder pagar una comida decente. El frío que llega para calentar más el desaliento y enojo. Un ejemplo de casi todos los existentes; la misma indecisión de combatir y castigar a los monopolios con sus remarcas de precios, sucede con los Entes reguladores. Edelap que distribuye energía eléctrica en el gran La Plata norta cada día por 12 y 18 horas, En plana noche de frío, en pleno amanecer, y en la porción más pobre, postergada de los barrios se produce el corte, la otra mitad, la más acomodada nunca sufre cortes. Los tendidos de cables son lamentables, los generadores inservibles, los postes del tendido repodridos, los árboles sin poda y con viento y lluvia agrandan el desastre. Viejo ejercicio de pasarse la pelota; que la municipalidad se hace cargo de la poda o de los postes…pero lo cierto es que una parte, de pobres no tienen luz. Dónde también abundan los colgados, pero, el plan del gobierno de la Provincia de Buenos Aires de poner medidores populares y garantizar la calidad del servicio no se cumple.
Otra vez, el problema de la unidad es más profundo, y tiene orígenes en una variedad de intereses, económicos, cruzados por lo ideológico, (ideas, aplicación y sostenimiento de esa lógica de pensamiento). El capitalismo dominante (y en crisis en el mundo) tiene una ideología, diferente a la que conocimos desde la formación ortodoxa de todas las corrientes de izquierda. Tiene una visión, una idea con destino calculado sobre sus intereses en el mundo geopolítico, ante todos los nuevos desafíos. Y en este lado de la pantalla política muches de los bocones son funcionales y cómplices, como por ejemplo una gran patota de la burocracia sindical que comenzó a anudar ante el neoliberalismo, desde el mismo momento de la constitución del golpe civil, empresarial, religioso, cultural y milita-genocida.
Quién puede creerle a Andrés Rodríguez, titular de UPCN que es un referente democrático, cuando en su juventud hizo hasta caza mayor con Martínez de Hoz, el ministro del genocidio del terrorismo de Estado neoliberal. Quién puede creer al titular de la UOCRA que habla pestes de Cristina. Uno de los colaboracionistas de la dictadura. Lo mismo –la lista es tan grande como sus traiciones – Armando Oriente Cavallieri, en el gremio de Comercio.
El asunto de la unidad, y cómo se prioriza para un preceso de confrontación real con el aparato dominante es la cuestión sin medias tintas. La rebeldía de clase del peronismo es la piedra basal, como la rebeldía de todos sus aliados identificados con la soberanía política para la justicia social y por supuesto la soberanía con independencia económica. Ese coste es político y amenaza privilegios: los de permanecer en su charco hegemónico y de privilegios económicos, hablando del peronismo que están hace tiempo lejos.