Agencia CHE

El micrófono late

Por Omar López

Me escribo en esta noche que dibuja los filamentos de la muerte y descarga la manada de imbéciles, las noticias mutiladas por el amo del rumbo y las otras que son parte del cortafuego de esta lucha cultural que define el poder. De este lado de la trinchera que temprano levantó Paco Urondo, se recargan proyectiles capaces de iluminar a los enceguecidos. Otros con la pólvora mojada, la idea a media asta y la convicción dando vueltas en el laberinto. Y los hay con la valentía de combatir el hambre consumada de los inquisidores que barajan y reparten sus cartas marcadas para que nadie abandone su juego sin destino. Cuando escribo me desmonto tratando de contener tanto galope de la memoria, caballo de fuego desbocado, entre la mirada del periodista y el intelectual, aislado por el fuego amigo de los eternos colaboracionistas del desaguadero ideológico de la militancia donde marcha al sacrificio el valiente ejercicio de las diferencias de pensamiento. “Hay que decir la verdad, se puede inventar, pero no mentir”, decía Bioy Casares.

Armo y desarmo las ideas y su carga de sentidos pensando en el penúltimo ejercicio de una apuesta de radio. Voy al pasado donde se parió este presente, repaso, vuelvo y pienso en los quehaceres pendientes, la necesidad de resignificar éticamente la literatura de la narrativa, como decía el CHE, resignificar éticamente la política. Imagino la palabra sobre el estribo del aire imaginado, idea, sentido, sobre el viento rojo de terciopelo que cruza el micrófono y el instante donde la vida se detiene. Imagino tus respuestas en tránsito, enhebrados en este distanciamiento que nos aproxima al descubrimiento de nuestra humanidad partida. Voy a las ideas con hambre y nombre, cabriola, violín, una voz de mujer de remanso que amasa la arcilla amarilla del sol que remacha nuestra mañana con su historia no vista y desvestida. Un mate amargo, y una guitarra que araña el alma en el estudio. Breve, socorriendo a la soledad, reinventando la canción interior y el atrevernos a descubrir de qué se trata esta encrucijada. Fiel a una idea, y a la batalla cultural por la pertenencia nacional, popular, latinoamericana. Tal vez pueda alcanzar al menos la costa de la idea, declarar mi amor incondicional y descubrirnos vivos, sabiendo que el primer acto político es volver a ponernos en el aire cruzando los contrastes, sin vendas, latiendo nuestro tiempo y bajando de las ramas las escrituras, las ideas llamadoras, la legitimidad de nuestra verdad, el sueño eterno de tirar la llave del cielo.

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo