Villarruel anunció que quiere juzgar a los militantes de los ’70
Lanzó su jugada política desde el Senado y mantuvo silencio sobre la visita de sus legisladores al penal donde cumplen condena perpetua los genocidas, por crímenes de lesa humanidad.
Por Mate amargo
La vicepresidenta abrió un nuevo frente en la reivindicación al terrorismo de Estado, en el contexto de las operaciones políticas con el presidente cruzadas por la devastación social del saqueo económico.
Villarruel juega con una parte notable de una sociedad con pérdida de memoria, información democrática y limada en su sentido crítico. Es una jugada provocativa; no se puede negar lo que los tribunales juzgaron y condenaron los crímenes de lesa humanidad.
El objetivo de la vicepresidenta es liberar a los criminales del terrorismo de Estado, y se oculta premeditadamente, por el periodismo asociado al enriquecimiento y saqueo durante la dictadura militar; grupo Clarín y La Nación a la cabeza.
Detrás de la máscara negacionista de Villarruel que parece encantar a operadores políticos que en el nombre del peronismo auténtico (¿?) buscan una alianza con la vice.
Detrás del contexto permanece oculto un movimiento reducido pero poderoso de criminales con gran poder económico y capacidad operativa con los viejos y permanentes servicios de inteligencia y sus terminales con parte del poder económico.
La discusión central sigue siendo cómo la oposición y el ancho tejido del movimiento democrático nacional y popular, el peronismo y aliados asume la autodefensa del Estado de Derecho, antifacista, la atención y respaldo a los aún quietos movimientos de rebelión juvenil y la potencialidad de los nuevos cuadros sociales y del movimiento sindical que lejos de hacer la siesta de la historia se movilizan física y removiendo viejas lógicas políticas. Es la discusión del qué hacer y cómo recobrar en el ahora el protagonismo que requiere detener el rumbo del genocidio económico y cultural.
Retomando el anuncio de la vicepresidenta negacionista es oportuno desmalezar las mentiras de la titular del senado. Resulta repugnante la carencia y decisión de no intervención de los legisladores, que salvando contados políticos no confrontan con la verdad histórica. De paso, los Montoneros – que fueron juzgados- no formaban parte del terrorismo de Estado.
