La autocrítica a la mesa de la autopsia
Por Omar López
Adelanto del programa de Mate amargo, domingo 2 de noviembre a las 23:00 por Am 530 Somos radio
El resultado electoral del pasado domingo nos habla del poder que las ideas ejercen sobre la sociedad; cómo esta hace su relectura y me preguntaba cómo se interviene en ese tiempo veloz que media entre el emisor que lanza la idea y el receptor.
Hay que asumir desde que el enunciado respecto a la idea comienza su acción, hay un desplazamiento que es caprichoso, no es lineal, hay una transformación y apropiación desde los sentidos, la identidad, lo simbólico, amasan la consigna, el llamamiento táctico, a ver, entonces el llamamiento táctico es apropiado, reformulado, desplazado, y cómo se lee esto en el campo de la conducción política. Fue leído de manera adecuada, no fue leído, actuó el pragmatismo, no se supo escuchar el mensaje, la información que venía desde la militancia. Estamos intentando pensarnos en el ardor de una batalla política cultural, porque las ideas, la consigna parida en el contexto táctico, si no tiene el marco estratégico de dónde venimos, como escalamos a una etapa superior da la sensación que queda en un vacío atronador.
Cada idea merece ser contextualizada, ir como la sangre a la herida en el justo tiempo del dolor. La comprensión y la resolución, y esto es ciencia política, y aquí merecemos interrogando cómo esa construcción de esa ciencia política tiene la humanidad puesta, apuntando en la dirección correcta.
Cómo una idea expone un qué hacer y nos habla también de organización para que esa idea sea una vecina identificada que nos traiga en el deseo de unidad y organización, que nos atraiga también y nos lleve de un lado al otro, y seguramente en esa rutina socio cultural en la existencia en los territorios pobres, los de lata y barro, esa idea pueda revelarnos otra de mayor urgencia.
Enfrentarnos al dilema de los tiempos de la comprensión coyuntural entre quien emite la idea, consigna y quién la acepta.
Entre los ríos de análisis sobre el resultado electoral, hay mucho para destacar, y rescato la mirada que volcó el psicoanalista y escritor Jorge Alemán, que antes del viaje a las urnas ya sostenía “que el peronismo perdió su épica”.
¿Cómo se da ese proceso de pérdida? Podemos hablar largo y tendido de la CGT que ahora se vuelve a maquilar mostrándose con nueva conducción. Nada nuevo en los altos mandos de esa oligarquía de burócratas millonarios asociados al poder económico real, solo como un ejemplo de los enmascarados de peronistas, agentes políticos serviles al gran capital.
Digamos que la épica no viene solita, primero habrá que encontrar la luz de la ética, y la pregunta es quién y cómo recuperarla; los hijos de la militancia, los viejos que no perdieron la memoria y que siguen poniendo el pecho, y esos militantes hijos de una generación que no renuncia a elevar el pensamiento crítico en la batalla del qué hacer de lo político. Es justo afirmar que en el epicentro del verticalismo se confrontan intereses que delimitan la evolución de las ideas, y otra cuestión es intentar informarse cómo la militancia y sus “cuadros” políticos hasta dónde están participando en este plano de la discusión.
Un tema esto de los cuadros político que deberemos abordar de la mano de la actualización de los saberes sobre nuestra propia aldea y las intensas mutaciones geopolítica. El desarme de la condición humana…
Sobre los “cuadros”, insisto en acercar la mirada sobre el proceso de esa militancia que conduce que evoluciona NO dogmáticamente y transita un debate intenso que en general carece de una escucha atenta. La fermentación de lo nuevo resultará inevitable.
Es apasionante internarse en las huellas territoriales como esa militancia sostuvo con un sacrificio que abre mil lecturas la unidad en la diversidad de ideas, en la marea de los barrios, entre los viejos y nuevos pobres, los confundidos y los aplastados de ignorancia, remar a diario con ese guiso de odio que se mastica bajo los artificios del anti peronismo, del circo político mediático de la amenaza comunista. No es sencillo el combate de las ideas, los zombis sociales que rinden culto a su enterrador no se salva con un exorcismo.
Hablando de estas emergencias es notable el reclamo en una parte importante de las bases militantes de llevar la autocrítica a la mesa de la autopsia…
