Impuesto extraordinario a los ricos
Por Omar López
Una decisión política que se traslada al Congreso Nacional. Un proyecto de ley impulsado por el bloque de diputados del Frente de Todos, que comanda Máximo Kirchner, para crear un impuesto sobre el patrimonio de los grandes grupos económicos. Habrá debate y la derecha sirviente de los poderosos grupos económicos insistirá en que la política pague lo que el modelo de acumulación y transferencia de la riqueza le niega al pueblo que sigue haciendo el gran sacrificio. Aún falta recorrer mucho camino para que maduren las condiciones de la unidad de acción capaz de cambiar la visión de conjunto de nuestra sociedad frente a las desigualdades y eleve la calidad democrática de muchas dirigencias funcionales al poder económico. En este contexto se impulsa desde el oficialismo un impuesto extraordinario para las grandes fortunas. Se trata de la necesidad de financiamiento del Estado ante el avance de la pandemia y de producir una reforma impositiva en ese sentido.
Hay que diferenciar el impuesto a los bienes personales, el impuesto a la renta y cuando se trata de la fortuna acumulada, que no suele ubicarse en un lugar físico y más bien se diversifica inversiones de todo tipo.
La pandemia afecta las condiciones estructurales del poder económico global. Cuánto fortalecerá la resistencia democrática ante tanta desigualdad aún está por verse. Es una vieja disputa que hoy se intensifica ante el nuevo y trágico escenario.
El presente hace más visible y nos interroga con más intensidad ante el insoportable daño que genera la desigualdad ante semejante concentración de la riqueza. Sin embargo y a pesar de la desnudez en que queda el poder económico y sus consecuencias, hay mucho por construir en materia de la respuesta protagónica y la constitución de un poder que modifique la gobernanza de los mercados. Suena tan obvio como repensar los escenarios políticos trastocados en todas sus lógicas categóricas.
El presidente recordó ayer que durante su encuentro con la canciller alemana Angela Merkel, la dirigente le dijo que “nunca entendí por qué en Argentina los ricos no pagan más impuestos”. Fernández agregó que «Tal vez, en este momento, los que más tienen podrían apoyarnos un poco más al resto de los argentinos». Es un justo razonamiento que tendrá que pulsearse políticamente con la naturaleza inhumana del gran capital. En estas horas, el grupo multinacional Techint que conduce el poderoso Paolo Rocca ratificó este lunes el despido de 1.450 trabajadores del área de la construcción, tras haberse comprometido a pagar «un fondo de cese laboral o indemnización, los salarios pendientes hasta hoy y una bonificación adicional de 33 mil pesos por cada trabajador». La Uocra y la compañía firmaron el acuerdo este lunes por la tarde en el Ministerio de Trabajo, luego de que Techint apelase a una cláusula de la ley de la actividad 22.250 referida a «razones de fuerza mayor por paralización de las obras».
El comunicado menciona un “acuerdo de palabra” entre el gremio y la empresa Techint que se comprometió a cumplir, según el cual en un mes y medio reincorporará a todos los trabajadores. Es la relación de fuerzas vigente. El impuesto a la riqueza es el inicio de un viaje a la creación de nuevas formas de alcance político que modifiquen el reinado de tanta impunidad y desigualdad. El destino final no tiene manual, requiere audacia y unidad política. Implica cambios en la lectura y la acción transformadora de una sociedad, un estado y una letra constitucional que pueda ser aplicada con rigor en beneficio de los derechos humanos y las garantías constitucionales.
La recuperación del Estado garantizando la salud, movilizando todos los recursos para la vida y generando acuerdos participativos fortalece el proceso democrático, es el inicio de un viaje en medio de la noche más oscura y se sale subiéndose al tren de la solidaridad y la lucha sin cuartel contra la depredación del capitalismo.