El Fondo del abismo
La renuncia de Guzmán durante la alocución de la vicepresidenta en Ensenada. Fin de una lógica aliancista y el complejo inicio de una etapa política determinante para la democracia
Por Omar López
La crisis política – económica, el acuerdo con el FMI, el peso de la lógica del poder económico dominante, impulsor de la racionalización del gasto público, es divisor de aguas en la coalición de gobierno, tras la renuncia de Guzmán, decidida en la pasada semana; Inflación demoledora de salarios e ingresos de la economía informal, por el rechazo político – cierto, relativo, y sujeto a un feroz rearme de fuerzas – de las dos bases de liderazgo electoral de la coalición gobernante.
Ayer, en el acto de Ensenada, rescatando a Perón, Cristina Kirchner dijo que «El problema principal que tiene la Argentina y que causa el fenómeno inflacionario es la economía bimonetaria». Unos minutos después se conocía la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán.
La ex presidenta calzó la mirada política sobre las declaraciones de Alberto Fernández en la CGT, en el 48 aniversario de la muerte de Juan Perón, (donde Fernández había sostenido que «el poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, sino por ver quién tiene la capacidad de convencer»). Cristina respondió apelando al «Manual de Conducción Política» del líder justicialista y leyó, «Página 73. Persuasión con hechos: ‘Yo no persuadía a la gente con palabras, porque las palabras poco persuaden, yo la persuadí a la gente con hechos y con ejemplos».
En su carta de despedida Guzmán expresó el deseo de quién lo suceda pueda lograr imponer “el manejo centralizado de los instrumentos de política macroeconómica”. Dicha centralidad es una cuestión decisiva, de conducción en toda la línea; pone a prueba la conducción política del frente gobernante. No solo se trata se trata de centralizar todas las áreas de la economía, la cuestión es el cómo y con quiénes se impone una conducción política de la economía que pueda intervenir sobre las maniobras desestabilizadoras del poder económico, capaz de evitar ser permeable por las maniobras de poderosos intereses que atraviesas tantos frentes sensibles, por ejemplo, el energético.
La realidad política en este punto de inflexión de la crisis del gobierno indica que comienza una etapa tan compleja, inédita y determinante atravesada por dos tiempos que actúan en simultaneo; el alto nivel de enojo social por el castigo al que es sometida la carrera de precios, inflación y desintegración del poder adquisitivo y el calendario electoral que pesa y obliga a discutir la salida con otro sentido de la lógica política de cara a la sociedad.
Liderazgos e intereses se cruzan con la crisis política y sortear el rumbo impone un nuevo frente de acuerdos que tendrán éxito en la medida que se desmarque de la vieja lógica de no confrontar con el poder real. Dicho así parecería una frase secundaria y sin destino en el país agotado por una compleja operación de dominio y desestabilización del poder económico dominante, pero hay una salida y es desde el pueblo, adentro de sus intereses y por fuera de las presiones dominantes. La intervención política de la vicepresidenta en la jornada de homenaje a Juan Domingo Perón, en Ensenada, abrió con precisión pocas veces vista una línea para replantearse el sentido de los valores humanos de soberanía política, independencia económica y justicia social. Todos frentes que pueden devolver la dignidad y felicidad al pueblo si se confronta la mafiosa impunidad del poder económico dominante. Para ese objetivo se necesitan cuadros que no sean operados y acuerdos que serán más que complejos para sostener esa lógica de independencia. El peronismo en sus versiones más colaboracionistas con el gran capital y la otra de resistencia infinita a la antipatria se seguirán cruzando con más filo que nunca. Asistimos a un tiempo final de viejas culturas y sistemas de dominios enquistados en el seno del movimiento nacional y popular. No sólo del peronismo, en su conjunto en muchas culturas que atraviesan la alianza de gobierno. Dogmatismos, posibilismos, entreguismos…
Pude alcanzar, como señaló Cristina Fernández ayer, “persuadir con hechos y con ejemplos».
En medio de tanta tormenta ácida esa batalla de ideas que empuña Cristina, y la defensa de la razón que asiste el derecho popular, es tiempo comunicarnos, crear otra comunicación apelando a los enormes contingentes de la resistencia que a diario se bate a duelo con su información democrática. Hace muchos años, ante esta disyuntiva propuse desde Mate amargo pensar una Comunicación Humanitaria Estratégica (CHE) que muy humildemente como de manera intermitente sostengo desde nuestra web, mate amargo, ideas alternativas. Sin duda hay más y mejores ideas, y muchas las vemos en nuevas generaciones de comunicadores. En CHE se buscó siempre sintetizar las mejoras y más atrevidas formas del relato en defensa de la razón popular. Cómo aquella experiencia estratégica que fue el diario de la CGT de los Argentinos. Néstor Kirchner había creado un diario que circulaba gratuitamente en los trenes, en los bondis, en las esquinas donde transita la rutina popular, y sin duda hay que recuperar esa experiencia, y empoderar a muchos medios que siguen resistiendo con una pauta del Estado que resulta insultante, cuando poderosos y multimillonarios medios del sistema del poder económico real se llevan la gran parte.
Con hechos con ejemplos y desensillando la política de las viejas lógicas del posibilismo y soltar el coraje de una unidad ancha, dispuesta a ir por todo.