Cazador de Sueños, al otro del puente
Poemas de Omar López
Amberense (*)
El perro negro rasca la orilla empetrolada
cinco hermanos apedrean la tarde
piedras de emboquilladas
que el río deglute.
Tendió la madre seis trapos al último sol.
La casucha tiene un jardín de latas y restos de naufragios.
Sembrada una media bicicleta
negrito de porcelana con una pierna amputada
banderín justicialista
un ojo de buey
un buey sin ojos
árbol seco
un sauce llorón que pronto secará
motor de auto destripado
pasto seco y chatarra
olor a kerosén
una flor silvestre y polvorienta.
El Docke dormita entre yuyales
y postes de luz quebrados con cables caídos
como tendones cortados
y el viento araña los desvencijados tinglados.
Arriba de una medianera de la fábrica abandonada
un gato revisa la soledad
el perro negro se bate a duelo con los moscardones
que atacan su maltrecha cola.
Una radio afónica relata el clásico del domingo
sopla un viento del sur con olor a resina
y sobre la vieja y moribunda barraca Amberense
un bote azul y oro cruza la media tarde remando contra la ausencia.
Inquietan apenas los lejanos bocinazos
que ruedan por el Puente Avellaneda.
El río es una enorme ballena de luto
volcada de bruces sobre el aceitoso lecho.
No se escuchan voces
sólo leves murmullos
de los desmantelados paquidermos
que apenas se mantienen a flote
y custodian jubilados marineros
que por la noche luchan en la popa contra su nostalgia.
Una orilla es el exilio
otra el olvido
las divide un río de traiciones.
A veces la niebla las une
y entonces
se juntan los fantasmas
con sus mujeres desdentadas
los escuálidos hijos a cuestas
y los perros orilleros.
Se deslizan río adentro de la ciudad
que los vomita y
no llevan velas
se iluminan con el grito
brillan sus ojos inocentes
trepan los sueños por sus manos de hollín.
Van todos juntos
piqueteando la bruma de la ignorancia de los hombres maniquí.
Cargan el ancla para clavarla
en el corazón de la injusticia.
*Vieja fábrica del 1900
Publicado en libro Cazador de sueños, al otro lado del puente. 2005