México no acompaña la política del golpe a Venezuela
Por Silvina Romano
Columnista en Mate amargo, sábado 5 de enero 2019
Editora de Celag *
(Desgrabación)
Esta semana salió de gira el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que es como un Ministro de Relaciones de exteriores, y fue a visitar al Brasil de Bolsonaro y a la Colombia de Iván Duque. Allí el tema central fue Venezuela. El imperio busca reforzar los acuerdos para lograr generar un cambio de régimen en Venezuela.
En pasado viernes 4 de enero fue la reunión del Grupo de Lima, que es un grupo a nivel latinoamericano que funciona en paralelo a la OEA. Recordemos que la Organización de Estados Americanos ha sancionado al gobierno bolivariano, pero no ha logrado totalmente su cometido, en tanto el Grupo de Lima, compuestos por gobierno de derecha, viene operando, presionando por la vía diplomática para que Maduro ya no este más en el gobierno. Destaquemos que la declaración final del Grupo de Lima que de catorce asistentes, la firmaron trece, y no fue firmada por el nuevo gobierno de México, de Andrés Manuel López Obrador. Entonces, la diplomacia de NO intervención del nuevo gobierno mexicano de López Obrador parece querer funcionar como un balance más a favor de los gobiernos progresistas, en un momento de agresión muy fuerte de los gobiernos conservadores de la región. El gobierno de López Obrador podría surgir como un líder, con mayor o menor visibilidad. Recordemos la postura en la que está ahora México, vecino fronterizo de los Estados Unidos, y por lo tanto su política exterior deberá ser muy cuidadosa, ante una militarización por parte de EE.UU de la frontera ante la Caravana de migrantes que hay allí.
Por otro lado, el gobierno de Donal Trump, quiero que la gente tome nota también, en Estados Unidos está muy cuestionado. En esta semana en la Cámara baja se renovaron una serie de proyectos de ley para hacer juicio político al presidente. Qué implica esto hacia afuera pone en duda la estabilidad del gobierno, su gobierno. Esto es algo nuevo después del caso Watergate, aquel escándalo político en los setenta, y de corrupción que 45 años atrás derrotó al gobierno de Richard Nixon que terminó renunciando a la presidencia.
Esto no significa que el desplazamiento pueda hacerse con un senado con mayoría republicana alineada a Trump. Pero que se hable de esto en Estados Unidos, da cuenta que un país como Brasil, el país de Bolsonaro se alinea a EE.UU, se une a un país que esta en crisis política.
Para la región, mientras Trump siga en el gobierno habrá un proceso de desestabilización importante, de tensión con los gobiernos progresistas, sobre todo de Venezuela, Cuba, Nicaragua, estar atentos a las elecciones en Bolivia. Hay que seguir el tema de los alineamientos por el lado militar y del comercio en América latina, seguir el tema de las inversiones Chinas, de Rusia y la disputa con Estados Unidos.
- Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica
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