Ese gobierno popular, como la sangre que acude a la herida

Por Omar López

El fulano pidió un paquete de cigarrillos Philip Morris que hace dos días pago (carísimo) 550 pesos. El muchacho le dice que “son 600, porque aumentó”. Repaso de archivo: 4 septiembre 2022 estaba a 340 pesitos y siguió hasta alcanzar los 550.

Sin dudar, primero tenemos que discutir la remarcación de la carne, el pan, la leche, verduras, frutas; los artículos de primera necesidad que aumentan con total impunidad.

La cuestión con el cigarrillo pasa por otro frente de batalla en esta guerra de prender fuego todos los estados de ánimo y hacer de cada día un infierno. Por ahí va la cosa.

Hablando en el barrio y poniendo la escucha al mango es doloroso saber que nadie sobrevive ni diez días con la jubilación mínima. Encima se sigue con la lógica de fechas de cobro que te juntan con la guita pasado la mitad de mes. Sí, sabemos que va por último numerito del dni.

El silbido de la olla a presión no lo escucha el que no quiere. Entonces la pregunta es quién se le para de mano al poder económico. Por decreto y llamando al pueblo para bancar el decreto que lleve para atrás todos los precios. Sesenta días atrás.

La vicepresidenta dio una clase magistral de política, lo viejo, en engaño, lo nuevo, el mundo que se nos viene, que la deuda nos descose hasta el alma y una docena de tipos que se dicen empresarios no son otra cosa que terroristas económicos, criminales que se cargan al pueblo que ya no puede sobrevivir. Paradoja con una economía que crece, y es cierto, aumenta el empleo y la producción. Perooo, algo no aumenta; ni nuestra capacidad adquisitiva ni el coraje político que se debe tener para cortar todas las operaciones del golpismo de mercado.

La Unidad de Investigación Financiera tiene enormes cuadros, valiosas técnicas y técnicos de gran experiencia. La información está. Y hay más por caer. Ya sabemos de muchos de estos asaltantes, pero hay que sacarle la ficha completa, explicar por cadena nacional y cada hora, cómo esta mafia nos arruina la existencia.

Como señaló Cristina, nos hace falta un plan para fortalecer el compromiso de una unidad que no la balconee. Unidad con programa capaz de combatir a ese capital genocida, y capaz de socorrer al pueblo que más que bono necesita ingresos dignos y un gobierno que sea el primero en salir a enfrentar a este puñado de antipatria. Pero mientras se discute el plan para dónde y cómo vamos por la defensa de nuestros intereses.

Si Cristina es o no candidata aún no se sabe. La vieja política juega tiempos, oportunidades, los factores tácticos, el asunto es cómo se transita la batalla de esclarecimiento entre la militancia que tiene memoria, coraje y disposición a ir a discutir frente a los hermanos del barrio, a los cargados de cansancio, de odio, de ignorancia – generaciones incluso que ni puta idea de todo lo que nos robaron con la dolarización y la convertibilidad- y que hace mucho siguen comprando el verso de La prensa del poder económico que los viola a diario, pero les hace creer que “ella” es la chorra, es el mal, el peronismo es la maldición al galope desatado.

Mierda que no es fácil! Porque no queda tiempo, y por más que Cristina despabile con sus clases magistrales, es urgente que la lógica que propone se pueda movilizar para identificar al enemigo del pueblo. Es ahora, y basta de jugar al gato y al ratón, porque el león nos termina morfando.

Al gato y al ratón con multas millonarias a Danone y a Coca Cola, por ejemplo, por encontrarse alzas mensuales de hasta 32,5 por ciento, cuando los acuerdos firmados decían no más de 3,2 por ciento. Las multas están bien, el asunto es que el Estado tiene que hacer que vuelvan los precios para atrás, que paguen las multas y respeten los acuerdos y dejen de asaltar al pueblo. Esas multas entran en un proceso de litigio judicial que ya imaginarán lectores (si alguien lee esto) que destino les depara.

Entonces, ¿cómo ponemos al Estado popular en acción?

La verdad de la milanesa, que ya nadie puede comprar, es que ideas sobran, sobre todo para no acordar una movilización de toda la unidad en la diversidad del movimiento democrático, sin tregua, sin tiempo final.  Los aportes democráticos de cierto espacio sindical como los gremios industriales que se reunieron para señalarnos que el salario no genera inflación como muchas saben y lo remacho una vez más la vicepresidenta.

La iniciativa es buena, apuesta a crear “una institución desde la que el Estado garante y árbitro” de los “precios competitivos para el mercado interno”. La propuesta es una de las claves de un trabajo aprobado en Mar del Plata después de meses de debate sindicato por sindicato.

El diagnóstico para lanzar esa iniciativa es que la economía argentina es oligopólica. O sea que “pocas empresas controlan la producción y el precio de buena parte de los bienes”. Describe el Martín Granovsky en Página 12.

La pregunta que no es circular, pero nos habita, es qué esperan las organizaciones políticas sindicales para el Nunca Más al golpismo del mercado. Movilizar mientras producimos propuestas, rodearles las cuevas del dólar blue a los cuatro asaltantes mientras el gobierno ejerce su deber soberano.

La transición que nos resta es con lucha, con unidad y movilización solidaria debatiendo las ideas en cada esquina, producir las contra réplicas informativas por el torrente militante.

Nada es fácil, pero puede resultar mejor que demorarnos en la espera dentro del círculo estrecho donde sólo nos leemos entre nosotros y esperamos una candidatura que nos salve del horror de una derecha apocalíptica y facha.

Por último, sobre cierto modelo sindical engordado durante décadas, entregando a los trabajadores a las mentiras del poder económico dominante. Hacerse cargo porque ya es hora que también nos preguntemos hasta cuándo durmiendo con el enemigo.

Revisando archivos encontraba el historial de muchos dirigentes (super millonarios hoy día), colaboracionistas del terrorismo de estado y que siguen integrando “la mesa chica de la CGT”.

Algunos pusieron sus estructuras para el secuestro y desaparición de delegados. Otros manejaban la información calificada de una porción de ese entramado técnico que gobierna un Estado. Dirigentes que hablan nombre del peronismo, de la clase trabajadora, de la dignidad de los nadie, pero en su doble vida, viven la vida de esa oligarquía a la que sirven con su colección de caballos de carrera, miembro del Club Hípico Argentino, presente en eventos gauchescos con la más alta burguesía terrateniente.

Algunos de estos viejos burócratas que desprecian a los laburantes fueron la nueva generación de la mesa sindical Menem presidente, impulsada por el gastronómico Luis Barrionuevo, los mismos que armaron junto al Momo Venegas (que retrotrajo a la esclavitud a los trabajadores rurales) la Mesa sindical pro Macri.

El colaboracionismo con el poder económico que reconstruye la mafia sindical durante el terrorismo de estado sigue vigente como dique de contención. Otro dique político es cultural, tiene que ver con la lógica de interpretación de una época, el vértigo de los cambios, las categorías que son de carne y hueso, inquilinas de los cuerpos dirigidos por la desinformación y la memoria que se balancea como un péndulo en el viejo patíbulo de las clases dominantes.

Por eso, Cristina Kirchner es disruptiva; su lógica va a contra modelo de la casta dominante que ahora ponen bufones criminales como Milei al ruedo electoral.  

Pero con ella no alcanza y sólo podremos alcanzarnos si la unidad es crítica, anti dogmática, fuera del confort, lejos de esa Apropiación intelectual del dirigente eternizado o con ese pensamiento cercado por una incapacidad que espanta. La riqueza del poder radica en conocer la capacidad de referentes y son los que maduran en las asambleas, exigidos en el ejercicio de pensar críticamente, de unir y contener alcanzando la unidad rica de todos los aportes diversos, respetando sus originalidades y uniendo el pulso para la acción organizada en la necesidad de cada momento, jugando lo táctico entre lo legítimo y necesario. Ya no se trata de halcones, palomas, cuervos, pichones, se trata de la inteligencia colectiva corajuda, que no desprecie la escucha, la crítica, el estudio y menos el riesgo de ir a los debates que mueven historias, ahí en ese gobierno popular, como la sangre que acude a la herida. 

olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo