Cambiemos hacia un final trágico

El presidente Macri anunció un acuerdo con el FMI para recibir una línea de financiamiento que le permita al gobierno sortear el impagable endeudamiento externo y sostenerse en medio de las corridas cambiarias que recalientan la inflación y castigan sin piedad los bolsillos de los ciudadanos.

El gobierno parece haberse salido de su órbita y se expone al tironeo de los potentes grupos económicos que ganan con semejante crisis que pagará como en el 2001 el pueblo con muertos y miseria..

«Vamos a comenzar hoy mismo a trabajar en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional», anunció el presidente  en un mensaje grabado en  Casa Rosada  al medio día y cuando el dólar trepaba a 23,50.

Será difícil imaginar que el breve mensaje produzca la tranquilidad de los mercados, detener las operaciones con el dólar y reducir la ansiedad popular.

El discurso presidencial volvió a atrasar en el extravío de Mauricio Macri que volvió a responsabilizar al gobierno anterior: «somos uno de los países del mundo que más depende del financiamiento externo», afirmó, «producto del enorme endeudamiento que heredamos.»

Macri tuvo que admitir ante la enorme presión de propios y extraños, que las condiciones para le financiamiento están cambiando.

La discusión política ante el colapso económico preanuncia visiones similares a la ocurrida en el 2001. Los acuerdos con el FMI, su guía de obediencia debida con los gobiernos pro liberales fueron mortales en el sentido estricto de la palabra.

El FMI presta y condiciona con una mayor intromisión en su política de dependencia y seguimiento a los dictados del poder global del capitalismo en crisis. Exigirá el pago de los intereses para regular cualquier nuevo escenario; pedirá recursos estratégicos del país, y será la brújula de otra experiencia suicida.

Resulta llamativo el pobre nivel de autoconvocatoria de las organizaciones políticas, sociales, gremiales, culturales y de los derechos humanos para generar una convocatoria que de inicio a un plan de lucha nacional y general que termine implicando la intervención del modelo económico.

Muchos preguntan en voz baja si no es momento de encauzar otro nivel de respuesta popular que pueda abrir canales de participación al estado de ánimo social en los territorios más postergados.

Sin duda, es difícil, la unidad implica sacrificios que no todos pueden aceptar, en tanto subsista la vieja cultura política del egoísmo y del engaño como ventaja. El pueblo es la víctima, el primer caído y el último. El 2001 como memoria de la gran tragedia nacional deberá llamar a la unidad para elevar las ideas en la acción.

Muchos preguntan si este momento de mayor debilidad del gobierno, de confusión y compleja negociación hacia dentro y fuera de sus aliados, no es una oportunidad de producir iniciativa política.

Es difícil jugar a la espera en este grave momento, cuánto se gana y se pierde en dicha especulación.

MATE

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olopez

Más de 35 años en la comunicación nacional y popular Una propuesta audiovisual en formato de radio y de tele (Mateve/YouTube) Construcción de ideas alternativas en el campo de la batalla cultural Ejercicio de comunicación plural de frente a la unidad en la diversidad Idea y conducción, Omar López. Suscribite a Mate amargo